Thursday, August 23, 2007

La debacle perredista

Las recientes elecciones en Baja California dejan no mal, sino pésimamente parado al perredismo en la entidad.
La votación total en los comicios del pasado 5 de agosto dieron al Partido de la Revolución Democrática y a la Alianza Convergencia-PT, juntos, un total de 26 mil 752 sufragios.
Esto representa casi la décima parte de los votos que obtuvieron los tres partidos políticos el año pasado.
Fraude o no, Andrés Manuel López Obrador logró acumular la preferencia de 224 mil 275 votantes.
Al PRI lo dejaron en el tercer lugar de las preferencias electorales, con lo que el mito del bipartidismo bajacaliforniano se rompió (cabe aquí recordar la victoria de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 y la de David Ojeda en la alcaldía de Ensenada en 1983).
En el 2006 el PRD logró llevarse el segundo lugar en los municipios de Ensenada, Playas de Rosarito, Tecate y Tijuana.
Por poco más de 3 mil votos también desbancan al tricolor en la capital del estado.
En las recientes elecciones estatales, el perredismo volvió a su histórico tercer lugar en todos los municipios del estado.
Usted bien podría cuestionar que López Obrador no es Jaime Hurtado de Mendoza. Y tiene razón.
Por ello, vamos analizando los resultados con los obtenidos en la elección intermedia del 2004.
En aquel entonces, el PRD obtuvo 38 mil 96 votos.
En un proceso electoral en el que no se ven las grandes campañas (a falta de candidatos a gobernador), el partido del sol azteca cosechó casi el doble de votos que el pasado 5 de agosto.
Hace tres años, los resultados les permitieron conseguir un regidor en el Cabildo de Mexicali y dos diputaciones locales, además de ocho regidurías en los otros cuatro ayuntamientos.
Inclusive, lograron quedar en segundo lugar en las elecciones municipales de Playas de Rosarito.
El gran impulso que López Obrador le dio al perredismo local preveía la posibilidad de alcanzar mayores logros en este 2007.
Pero no. Algo pasó que dejó a la izquierda en la lona. Fue lo mismo de siempre.
Las tribus antropófagas del PRD se han tragado ya las vísceras de este cuerpo político.
Sus huestes se han conformado y seguirán conformándose con las limosnas electorales que reciben.
La ex Secretaria General del Comité Estatal del PRD, Ana María Fuentes, será la única diputada en el congreso local por este partido político. El ex líder estatal, Alejandro Ruiz Uribe, podría llegar sólo con un milagro.
Esto sin olvidar al ahora priísta, Catalino Zavala Márquez, quien se perfila para volver al congreso local
Los perredistas de última hora le dieron la candidatura al gobierno estatal a quien habían seleccionado como su abanderado a la presidencia municipal de Mexicali, Jaime Enrique Hurtado de Mendoza, un hombre que en campaña resultó interesante, pero jamás atractivo para el electorado.
El perredismo sencillamente entregó la candidatura al doctor y abogado para no volver a saber de él.
Constantemente se le veía solo. En comidas, reuniones, eventos, mítines y hasta en los debates, era visible la soledad del candidato.
En Tijuana, el comité nacional repitió como candidato al comprobado perdedor, Jaime Cleofas Martínez Veloz; mientras en Mexicali se sacaron de la manga la candidatura del asesor de los diputados perredistas, Juan Carlos Ruiz Rubio, quien a duras penas llegó al final de la contienda.
Y ni qué decir de Mercedes Maciel Ortiz, candidata a gobernadora de Convergencia-PT (la otra mitad del Frente Amplio Progresista), y la gran ‘chaquetera’ del 2007, quien declinó de última hora a favor de Jorge Hank Rhon.
Pero, además de contar con pocos recuros para la campaña, a los perredistas les faltó creatividad y propuesta.
No pocos miembros de este partido político reconocen las fallas, incluso los líderes del partido y sus abanderados saben del problema.
El PRD se ha convertido en una mofa de sí mismo. No aprenden ni aprenderán.
Se venden al mejor postor, como el diputado local Jaime Palafox, quien saltó de su curul para convertirse en candidato priísta a la alcaldía ensenadense, agregando aquí al mismo Zavala Márquez y sin olvidar al legislador local, Abraham Correa Acevedo.
Para cambiar, a los perredistas bajacalifornianos no les hace falta ir muy lejos.
En Baja California Sur, el PRD tiene en su poder la gubernatura, las cinco presidencias municipales de la entidad y 15 de los 16 distritos legislativos
En Californa, el Partido Demócrata (símil exacto del PRD) domina la legislatura local y la mayoría del gabinete estatal.
La gubernatura, que les arrebatara Arnold Schwarzenegger, es casi un hecho que la recuperarán en 2010.
En este 2007, los partidos integrantes del Frente Amplio Progresista sencillamente se esfumaron de la escena política. Esto no solo debe preocupar a sus miembros, sino a todo el estado.
Una opción de izquierda, por más fallas que se le vea a la actual, es necesaria para balancear el quehacer político local.
Una buena parte de quienes tienen capacidad de razonar saben que el estado ha sido administrado desde un punto de vista gerencial y con beneficios para algunos cuantos, los apapachados por el gobierno estatal.
Por ello, Baja California necesita de una alternativa que vele por los intereses de la clase trabajadora.
Sin embargo, dadas las circunstancias actuales, el PRD y sus ex aliados no representan esa opción.
Más le vale al Comité Nacional hacer algo al respecto, y mejor que sea pronto.