Thursday, January 11, 2007

LAS PALABRAS


Se las lleva el viento, sí.
Pero de igual manera se aplica en la política estadounidense aquel dicho a los funcionarios públicos de “to be held accountable”, que significa mantenerse como responsables tanto de sus actos como de sus dichos.
Los discursos quedan grabados en la memoria ciudadana y en la opinión pública. Dependiendo de los mensajes de sus líderes, la población percibe el rumbo que tendrá el municipio, el estado o la nación durante el periodo de gobierno.
El pasado viernes 5 de enero, el Gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, tomó posesión para su segundo periodo de gobierno y el primero de cuatro años, pues en el 2003 entró para sustituir al Demócrata, Gray Davis, tras una elección especial de revocación de mandato.
Es el gobernador número 38 desde que California se convirtió en estado de la Unión Americana.
Schwarzenegger entró en muletas al Auditorio Memorial de Sacramento y, ante unas 3 mil personas invitadas, juró el cargo con la mano izquierda sobre una biblia familiar del siglo 19 y con la derecha erguida como mandatario estatal.
Tartamudeó un poco casi al finalizar el juramento, que fue encabezado por el Presidente de la Suprema Corte de California, Ronald George.
Antes, amenizaron la ceremonia grupos de coristas y bailarines de origen étnico diverso; incluso, un mariachi entretuvo a los presentes, entre éstos, el Gobernador de Baja California, Eugenio Elorduy.
El mandatario bajacaliforniano hasta se carcajeó con su esposa, María Elena Blackaller Williamson, cuando el maestro de ceremonias, Willie Brown, llamó “foxy, sexy” a otra María, de apellido Shriver, esposa del gobernador californiano.
Al evento fueron convocados funcionarios del gabinete estatal (tanto los electos como los nombrados por el gobernador), líderes legislativos, alcaldes y ex gobernadores, entre otros.
El único que no asistió fue el ex candidato Demócrata, Phil Angelides, hasta el domingo Tesorero Estatal.
Ya en su mensaje, Schwarzenegger agradeció a quienes respondieron la invitación con su visita. Hasta su suegra, Eunice Kennedy Shriver, recibió la atención del mandatario.
“Ha sido un placer haberles servido durante los servido durante los últimos tres años”, dijo el gobernador al arrancar sus palabras.
Reconoció que aún existen problemas en California, pero agregó que los residentes viven en una tierra próspera y dorada, por lo que pidió que nunca olviden lo que significa ser californiano.
Recordó que en el 2003, la ciudadanía votó para cambiar las cosas; para el 2005, cuando se convocó a otra elección especial, sumamente costosa, los votantes le dieron la espalda al mandatario sufragando en contra de las propuestas oficiales.
Esto, apuntó el actor, “me hizo abrir los ojos”.
Luego, Schwarzenegger aseguró que en los Estados Unidos se busca tener un nuevo tipo de político. Aquí me perdí, porque no supe si sus palabras se referían a que los americanos están cansados de los funcionarios electos que han caído en las redes de la corrupción, como los Congresistas Republicanos que, o bien perdieron sus elecciones u optaron por renunciar a sus cargos.
Llamó a Republicanos y Demócratas (quienes dominan el Poder Legislativo), a votar por el partido californiano, en favor de los residentes, en lugar de ver los temas desde la óptica partidista.
Indicó que las carreteras, ni los servicios de salud ni el aire tienen siglas partidistas.
“Es hora de dar lo mejor de las dos ideologías para el bienestar del estado”, afirmó en su discurso, al convocar a las dos fuerzas políticas a volverse centristas a fin de lograr propuestas bien balanceadas.
Casi al finalizar, Schwarzenegger visualizó una California que dentro de 20 años dé cobertura de salud a sus residentes, quienes podrán enviar a sus hijos a escuelas que eduquen con calidad, y donde haya aeropuertos, energía limpia, empleos y donde la ciencia cure enfermedades hoy sin remedio, así como políticos que representen al pueblo y la corriente principal de pensamiento en el estado, para que los californianos puedan confiar en su gobierno.
“A los cínicos les pido que no se enfrasquen en discusiones sin sentido, que hagamos de California no solo un ejemplo para la sociedad norteamericana del siglo 21, sino para todo el mundo”, expresó el gobernador.
Bien podrían llamárseles utopía, buenos deseos o tal vez visión de estadista a las palabras de Schwarzenegger (quien ha tenido acercamientos con líderes mundiales como Tony Blair, primer ministro inglés, quizá para preparar su campaña presidencial). La verdad es que el mensaje quedó grabado y los californianos podrán exigirle durante los próximos cuatro años que cumpla lo que dijo.
Como mencioné, en primera fila observaba Elorduy Walther a su colega Schwarzenegger. Me pregunto qué le habrá pasado por la cabeza al bajacaliforniano, pues unos días antes la Suprema Corte de Justicia le dio el revés a la reforma electoral que, dicen los priístas, impulsó él mismo.
¿Más que sólo aplaudir el mensaje de Schwarzenegger, podrá el gobernador bajacaliforniano emularlo al convocar a los partidos a un centrismo para contar con propuestas bien balanceadas para Baja California, tal y como lo expresó el californiano?

Phoenix…
A Phoenix acudió el goberandor sonorense, Eduardo Bours Castelo, para ser testigo de la toma de protesta de Janet Napolitano en Arizona.
A pesar de los retos, se ha expandido la economía y se ha invertido más en educación, sentenció la gobernadora reelecta para un segundo periodo.
El llamado a las fuerzas políticas fue a construir “Una Arizona”, o sea, a mantenerse unidos para la prosperidad del estado de mayor crecimiento en el País.
Igual que Elorduy, Bours aplaudió el mensaje.¿Podrá también copiarlo y cumplirlo?

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