Thursday, November 06, 2008

Lecciones para la izquierda


Fueron en total 22 meses de campaña. Al final, los esfuerzos bien valieron la pena para el joven Senador por Illinois, quien el 20 de enero próximo se convertirá en el Presidente 44 de los Estados Unidos y el primero de raza afroamericana.
Antes tuvo que enfrentar a quien prácticamente tenía la candidatura Demócrata en la bolsa: Hillary Clinton.
Una vez ungido como abanderado de su partido para la Presidencia, Barack Obama y sus millones de seguidores lucharon contra la derecha, encarnada en el también Senador, John McCain.
Sin embargo, en el camino el aspirante Republicano tuvo que negociar con el sector más duro y radical de su partido, a fin de hacerse de su apoyo y, por supuesto, de sus votos.
Fue precisamente la extrema derecha la encargada de hacer la “campaña sucia”, prohibida ahora en la legislación mexicana.
Lo llamaron socialista, incapaz, antinorteamericano, terrorista, musulmán, elitista y varios otros apodos. Poco les faltó para llamarlo “nigger”.
Prácticamente le achacaron todos los pecados que la derecha americana armó a lo largo de los ocho años del actual gobierno.
Como quien dice, lo declararon “Un peligro para Estados Unidos”.
A cambio, el aspirante Demócrata, uno de los más liberales de su partido –por lo que no me extrañó que Hugo Chávez, Fidel Castro y Andrés Manuel López Obrador le dieran su respaldo político-, nunca le dijo “chachalaca” a George W. Bush, quien bien pudo haber recibido tal apelativo.
Tampoco se hizo pasar como víctima del sistema o de un complot.
A cuanto rumor o información mal fundado en su contra, la campaña Demócrata pidió a sus seguidores a filtrarlo a las oficinas centrales para dar a conocer la “verdad”.
Millones de seguidores y voluntarios –principalmente jóvenes- se afiliaron para trabajar en favor de la campaña obamista, muy similar a como trabajaron las Redes Ciudadanas perredistas en el 2006.
Fueron sus fanáticos quienes le donaron, además de tiempo y trabajo, casi la mitad de los más de 600 millones de dólares que recibió el Senador en su campaña, casi duplicando los fondos del Republicano, quien fue apoyado mayoritariamente por la industria bélica, la financiera y la petrolera.
Obama además aprovechó su carisma, su don de gente y sus capacidades como organizador sindical de los barrios de Chicago para apuntalar su imagen.
Del otro lado, fue un factor fundamental para la victoria azul el hecho de que los Republicanos se dividieran entre la ultra y el centro del partido tras las elecciones primarias.
La intención de nominar a la Gobernadora de Alaska, Sarah Palin, era recuperar el voto conservador. Pero resultó todo lo contrario.
Si bien las encuestas lo hicieron encabezar las preferencias momentáneamente tras la Convención Republicana y la designación de su aspirante vicepresidencial, el descubrimiento de antecedentes nada positivos de Sarah Palin se tornaron contra el candidato, quien la noche del martes admitió su responsabilidad en esta terrible derrota para la extrema derecha de los Estados Unidos
De hecho, desde septiembre McCain y Palin apenas si se hablaron. Hubo entre las partes acusaciones mutuas que terminaron por desbarrancar al “Straight Talk Express”.
Las guerras en Irak y Afganistán, el gasto militar y la estela de muerte que han dejado, fueron tema fundamental en la campaña, como lo fue el crimen organizado en México durante las elecciones de hace dos años.
Las mentiras de George W. Bush sobre este y otros asuntos bien se equipararon al crecimiento del 7 por ciento en la economía mexicana prometida para el sexenio foxista.
Pero fue precisamente la crisis económica la que permitió que el hambre del votante se encontrara con las ganas de comer de Obama.
El empleo a la baja, la inflación a la alza, los embargos por doquier y la pérdida de fondos para el retiro, ligados a la caída de las bolsas de valores, se tradujeron en un hartazgo que imposibilitó al Senador por Arizona repuntar las tendencias.
De haberse presentado una crisis económica como la actual en México durante el 2006, hoy estaríamos viendo al perredismo ocupar por vez primera la Residencia Oficial de Los Pinos.
Los votantes terminaron por castigar al candidato oficial, quien jamás pudo desligarse del Presidnte Bush.
Estados tradicionalmente Republicanos como Iowa, Virginia, Ohio, Nevada, Colorado y Florida decidieron cruzar las líneas partidistas y votar por el afroamericano.
Algo similar parece estar ocurriendo en México, donde parece que los ciudadanos han decidido echarse contra Felipe Calderón y el PAN, pero el fenómeno apunta a no traducirse en votos para el PRD, sino para el PRI.
¿Quién fue el artífice de la debacle perredista?
Creo que es la imagen que de López Obrador tienen los mexicanos, en parte armada por los medios de comunicacion títeres de la presidencia, pero también en buena medida por las mismas decisiones impopulares del mal llamado “Presidente Legítimo”, así como una pésima estrategia de comunicación con su “cerco informativo”.
Qué lástima, sobre todo ahora que desde Washington no habrá la consigna de detener el avance de la izquierda en el mundo.

La agenda….
Obama tendrá algo así como 14 meses para hacer avanzar la agenda legislativa.
Se lo digo porque el futuro presidente tomará las riendas del País a finales de enero. Las elecciones primarias para renovar el congreso federal iniciarán en ese mismo mes pero del 2010 y concluirán por septiembre, lo que tendrá a los legisladores que busquen la reelección ocupados con sus campañas políticas durante el verano de ese año.
Esto le deja unos cuantos meses más al nuevo gobierno para trabajar en cualquier cambio legislativo importante.
Hasta ahora, las prioridades del Presidente electo son la recuperación económica y el regreso de las tropas de Irak y Afganistán.
Luego viene la reforma al sistema de salud, los proyectos de energía alternativa, la educación y el recorte de impuestos para la clase media.
Hasta los últimos resultados, se sabe que el Partido Demócrata obtuvo la ventaja en la Cámara de Representantes, pero no en el Senado, donde les faltaron tres victorias para lograr la mayoría absoluta.
Por eso, en su discurso de victoria, Obama lo dejó bien claro: quizá no se logren algunas de las promesas durante los próximos meses y, tal vez, en todo el primer periodo “pero estamos en camino”.
Como los analistas han señalado, la situación económica durante el primer año de gobierno de Obama no sera nada fácil. Es más, algunos vaticinan mayores dificultades.
Los asesores de Obama están pidiendo a la población no esperar resultados en 100 días, sino en mil.
El desgaste natural llevará al Presidente a perder algunas posiciones en el Congreso y en el Senado para el 2010, cuando se renueven la totalidad de la Cámara de Representantes y 33 escaños de la Cámara Alta.
La cancillería mexicana ya dijo que se buscará la “enchilada completa” que con Fox nos quedaron a deber.
A cambio, el gobierno calderonista deberá conceder importantes cuestiones dentro del Acuerdo de Libre Comercio, algo que bien podría agravar aun más el problema del empleo y la economáa mexicanas.
De haber algún acuerdo entre las partes, esto será después de las elecciones mexicanas de julio. Antes, de hecho desde ya, se requiere de un amplio trabajo de cabildeo para colocar la reforma migratoria entre los asuntos a tratar por la Legislatura 111 de Estados Unidos.

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