Thursday, April 26, 2007

En el limbo


Este siglo 21 le ha traído a la humanidad el rompimiento de diversos paradigmas que, para quienes fuimos a la escuela primaria en los 70s, nos deja pensando en la relatividad temporal de lo que aprendimos entonces.
Meses atrás, la comunidad científica internacional decretó la desaparición de Plutón como planeta del sistema solar.
Esto significa que en lugar de nueve, el sistema cuenta con ocho planetas.
Apenas el pasado 20 de abril, la Comisión Teológica Internacional, en un documento de 41 páginas decidió eliminar el limbo de su doctrina y teología.
La justificación fue que el limbo nunca estuvo completamente definido, pues se trataba de una hipótesis teológica y nunca de una verdad de fe definida.
Estas últimas palabras fueron tomadas del ex Cardenal Joseph Ratzinger, actual Papa Benedicto XVI, quien agregó que los niños que fallecen sin ser bautizados van al cielo, debido a que no cometieron pecados personales, ni tampoco conocieron y rechazaron posteriormente a la Iglesia Católica, por carecer de uso de razón.
El limbo era un lugar (cuyo nombre significa frontera o borde) donde supuestamente se quedaban las almas, a fin de cumplir un tiempo en él y lograr la salvación, ya que la Iglesia Católica lanzó hace siglos aquello de “Extra Ecclesiam nulla salus”, o fuera de la iglesia no hay salvación.
La palabra se convirtió en término de uso común, para denominar la indefinición de las cosas.
Estar mentalmente en el limbo es, simple y sencillamente, andar con la baba a todo lo que da.
Pero la palabra tiene además otras muchas ascepciones.
En lo económico, un empleo está en el limbo cuando el patrón tiene planeado hacer cambios en la estructura laboral de una empresa, en los cuales no está contemplada la parte afectada por un posible recorte.
El medio ambiente está también en el limbo, dado el fenómeno llamado ‘calentamiento global’ y que podría llevar a la humanidad a sufrir cambios climáticos en todo el orbe, creado en seis días por Dios.
La seguridad en nuestra región ya no está en el limbo: claramente se ha ido quién sabe a donde, pues un día sí y otro también, aparecen en las colonias de las ciudades personas ejecutadas por el crimen organizado.
Y ni qué decir del sufrimiento provocado por los altos costos de la energía eléctrica en esta parte del País, dejando en el limbo los pocos ingresos de la clase trabajadora.
Esta semana se dio a conocer que el Obispo de Mexicali, Isidro Guerrero, convocó a una manifestación pública contra el aborto, que iniciará en dos puntos de la capital bajacaliforniana para concluir por la noche en el Centro de Gobierno.
La idea es pronunciarse contra el aborto y a favor de la vida, como consecuencia de la despenalización de la interrupción del embarazo en el Distrito Federal antes de las doce semanas de gestación.
En Baja California, la idea es al revés: la diputada panista Rosa María Castillo Burgos presentó una iniciativa a fin de que el estado proteja a los menores nonatos. Esto es, la intención es evitar los abortos.
Fronterizos como somos, la verdad es que esta iniciativa, por más adeptos que tenga, está condenada prácticamente a convertirse en letra muerta, cuando menos para un sector de la población.
En las clínicas de San Diego, una mujer puede acudir con varios billetes verdes en la bolsa y practicarse un legrado que termine con su embarazo, así de simple.
Años atrás, la entonces diputada María de Jesús Singh de Galindo intentó la aprobación de una medida similar.
La Iglesia Católica local salió también a pronunciarse a favor de la misma, sin obtener mayores resultados.
Lo que me causa curiosidad es por qué la misma jerarquía eclesiástica no hace eventos públicos en los que se condene la corrupción, la incapacidad de los gobernantes para hacer frente a la inseguridad, ni tampoco acuda al llamado del activista local, Sergio Tamai, cuando protesta contra los altos cobros de la Comisión Federal de Electricidad, que le quita al pobre para mantener al rico.
Esos, quizá piense el líder católico, no son temas lo suficientemente importantes como para pedirle a la grey que exija justicia.
Todos esos temas que están en el limbo, como ya desapareció, sencillamente se pueden quedar en algún cajón de sus hermosas oficinas. O tal vez mejor aún, enviarlos al infierno.

Imparcialidad…
El diario La Crónica se pronunció abiertamente en sus páginas editoriales a favor de la vida y en contra del aborto, dejando una vez más en duda su imparcialidad como medio de comunicación abierto a la sociedad y a todas sus expresiones.