Thursday, May 03, 2007

1 de mayo


En México, el 1 de mayo se festeja el Día del Trabajo, fecha en la que se recuerda a los Mártires de Chicago y su muerte por obtener mejores condiciones de vida.
A pesar de que la génesis de este día se encuentra en suelo estadounidense, los norteamericanos festejan el Día Laboral el primer lunes de septiembre.
El día no fue seleccionado por las autoridades de gobierno a fin de borrar la huella dejada por los proletarios de Chicago.
La idea original provino de la Unión Central Laborista en Nueva York, que conmemoró por vez primera el día del trabajo el 5 de septiembre de 1882.
La celebración se expandió a otras ciudades y estados del País, hasta que el gobierno federal lo reconoció oficialmente, luego de que por años los gobiernos municipales ordenaran festejar ese día en sus localidades.
La legislatura neoyorkina aprobó el Día del Trabajo a principios de 1887, propagándose a los estados de Colorado, Massachusetts, Nueva Jersey, Connecticut, Nebraska y Pennsylvania en la siguiente década.
En 1894, el Congreso federal hizo lo propio para toda la nación.
En Estados Unidos faltan todavía alrededor de cuatro meses para festejar el día laboral y disfrutar de un largo fin de semana.
Pero al igual que los mexicanos el pasado martes, miles de latinos salieron a las calles, aunque fuera para exigir algo distinto, pero que de principio tiene la misma raíz.
La comunidad hispana se levantó, se preparó, hizo improvisados cartelones, tomó las banderas de sus países de origen y salió a exigir una reforma migratoria integral.
Fue el año pasado, con motivo de la reforma presentada por el Congresista Republicano, James Sensenbrenner, la cual consideraron contraria a sus objetivos.
La idea este año es presionar tanto al Congreso como al mismo Presidente George Bush para que alcancen acuerdos que lleven a la legalización de los migrantes indocumentados, la reglamentación del trabajo temporal de aquellos que desean obtener mejores condiciones de vida; esto, a pesar de que la reforma contará también con mayores restricciones de seguridad en la frontera y de que la regularización costará varios miles de dólares, de aprobarse la reforma.
El cambio en la legislación federal debe ser cuanto antes. Dicen que antes del próximo día del trabajo americano, pues a partir de esa fecha, la clase política entrará de lleno a las campañas internas hacia la presidencia.
La idea central de los demandantes es autorizar la permanencia física y legal de los migrantes, quienes cruzaron la frontera a escondidas porque en sus países de origen no encontraron las oportunidades de trabajo.
De ahí que las marchas en México y Estados Unidos hayan tenido el mismo motivo.
Los sindicatos y centrales obreras mexicanas acudieron, como cada 1 de mayo, a exigir mayores ingresos y mejores condiciones generales de empleo. Sin embargo, en este 2007 se rompió con una tradición.
Año tras año, los trabajadores de México desfilaban frente al Presidente en turno (tanto los del PRI como el primer panista).
En el podio, el mandatario sentaba a su alrededor a los líderes charros del mal llamado movimiento obrero (que por décadas estabilizaron al País), mientras los proletarios pasaban por el frente.
Durante el Día del Trabajo en Estados Unidos, los presidentes y los gobernadores no realizan desfiles ni protagonizan eventos públicos para ‘festejar’ al proletariado. Sencillamente, todo mundo se va a su casa el viernes antes del día para descansar el largo fin de semana, preparando viajes cortos o una buena carne asada.
En México, este 1 de mayo fue distinto: el ‘Presidente del Empleo’ no quiso seguir la tradición y dejó el festejo para la clase trabajadora, sin departir con ésta.
Quizá para no ser presa de las demandas del sector, optó por romper el paradigma y no acudir a la conmemoración.
Pero una cosa es no asistir al desfile y otra muy distinta que el mandatario tenga la responsabilidad de mejorar las condiciones de los trabajadores.
Pero la aspiración, se dice desde el oficialismo, no puede concretarse si no se da una serie de reformas en lo laboral y los sectores estratégicos.
Y esto último depende de los partidos políticos y sus representantes en el Congreso federal, como igual ocurre con el correspondiente legislativo en los Estados Unidos con la reforma migratoria.
Sin embargo, mientras los organismos políticos tanto en un país como en el otro mantengan secuestrado el manejo de los respectivos gobiernos, ni las reformas mexicanas ni las estadounidenses podrán concretarse, a pesar de las marchas y movilizaciones.

Curiosidades…
Algunos gobernadores de extracción panista (la misma del Presidente Felipe Calderón), siguieron la pauta marcada desde el Distrito Federal para no aparecer en los desfiles del Día del Trabajo, como los de Baja California, Querétaro y Tlaxcala. Otros, como los de Guanajuato, Morelos y San Luis Potosí, realizaron eventos con algunas centrales obreras. Solamente los de Yucatán y Jalisco acudieron al llamado de los sindicatos para departir con la clase trabajadora.