Thursday, May 03, 2007

¿Atentado?

El Consejero Presidente del Consejo Estatal Electoral, Víctor Alarcón Requejo, denunció públicamente haber sido víctima de un atentado en su contra.
La madrugada del pasado martes, en las afueras de su domicilio en la ciudad de Ensenada, explotó un vehículo Ford Taurus, modelo 1994, el cual pertenece a su hijo, según el testimonio del mismo consejero en el diario El Vigía.
Pero en un comunicado de prensa, Alarcón Requejo aseguró que el automóvil es de su propiedad.
Las dos fuentes a las que hemos tenido acceso revelan que esa noche hubo dos explosiones: la primera en el cofre de la unidad, que alertó a los vecinos; y una posterior, que afectó la parte trasera.
El máximo funcionario electoral del estado dijo al rotativo ensenadense que, de comprobarse el atentado, solicitará protección para su familia.
“En 25 años que tengo viviendo en esa zona, jamás había ocurrido algo similar”, le comentó Alarcón Requejo a la reportera del El Vigía, Nicté Madrigal González.
En un principio, el funcionario electoral fue cauteloso en sus declaraciones sobre las posibles fuentes del incidente.
Al diario ensenadense el indicó que por su responsabilidad al frente del órgano electoral y por los niveles de discusión que se manejan en torno a la jornada electoral que preparan para agosto, se da un caldo de cultivo para agresiones de este tipo.
Sin embargo, el dedo del periodista no señaló directa o indirectamente hacia alguna dirección en particular.
Un día después de ocurrido el incidente, ante reporteros de la capital bajacaliforniana, el mismo funcionario expresó su rechazo hacia el par de explosiones ocurridas en su contra.
Manifestó que este acto no puede ser motivado por la inseguridad que vive el estado, ya que hay características que muestran que no fue circunstancial.
O sea, que fue provocado.
Alarcón Requejo consideró que el ‘atentado’ es producto de la hostilidad contra algunos consejeros electorales, particularmente él, por parte de los partidos políticos y algunos sectores del gobierno.
En 24 horas cambió la perspectiva total de lo ocurrido y, ahora sí, empieza a denunciar a los posibles culpables.
“Este ambiente tenebroso”, manifestó, “hace prever un proceso electoral crispado que en nada beneficia a la sociedad, a la democracia y a los fines del organismo electoral”.
La memoria nos lleva a recordar las agrias discusiones que el Gobernador de Baja California, Eugenio Elorduy, y el diputado y representante panista ante el CEE, Carlos Astorga Othón, han sostenido con el consejero presidente.
¿Acaso quiere Alarcón Requejo hacernos creer que los dos antes mencionados son posibles culpables de lo que le ocurra?
Tiene razón. Pero tampoco ayudan en algo empezar a hacer declaraciones basadas en presunciones.
Las autoridades ministeriales están, más que nunca, obligadas a esclarecer responsablemente este caso para el bien de los bajacalifornianos.
Las líneas de investigación deben abrirse en todos los sentidos: desde lo que precisamente quiere hacernos ver el funcionario electoral, como también indagar en el pasado reciente del propietario del vehículo, el hijo del mismo Alarcón Requejo.
Lo que nos causa cierta inquietud es que el ‘atentado’ se da casi al mismo tiempo de una amenaza por parte del Director del Instituto Estatal Electoral, Miguel Ángel Torres Ponce, hacia el reportero del diario El Mexicano, Víctor Islas Parra, a quien le invitó a “seguir el camino a seguir”.
Esto por una denuncia de malversación de fondos y de nepotismo al interior del órgano electoral.
Confiamos en que este incidente no se haya aprovechado para construir una cortina de humo en torno a la amenaza del titular del IEE.
Esa es precisamente responsabilidad de las autoridades ministeriales.