Wednesday, September 26, 2007

Una derecha muy torcida


Llegué a este País hace 13 años. Un poco más. Desde entonces, he escuchado los argumentos de la derecha estadounidense acerca del crimen.
Tanto sus comités partidarios como los funcionarios públicos que emanan de este instituto político hablan constantemente del combate al crimen. No hacen diferencias: se van en contra de los narcotraficantes, los homicidas, las pandillas, los ladrones, etcétera.
Las posiciones de los Republicanos contrastan totalmente con las de los Demócratas. Los segundos, creen que la delincuencia está casi totalmente relacionada con la pobreza. Las estrategias de la izquierda norteamericana giran en programas preventivos: más parques, mejores escuelas y un aumento en el gasto de programas de bienestar público y recreativos.
Un ejemplo Republicano es el plan antipandillas del Gobernator, Arnold Schwarzenegger, quien presentó su programa de reducción, intervención y prevención de pandillas de California, a través del cual se invertirán 31 millones de dólares en fondos federales y estatales.
Las autoridades aseguran que hay 420 mil pandilleros en todo el estado.
Los integrantes de estas organizaciones criminales cometieron en el 2005 el 38 por ciento de los homicidos en Los Angeles. Igual con el 76 por ciento de Compton, 60 de Pico Rivera, 42 por ciento de Long Beach, 65 de Santa Ana, 38 por ciento en San Francisco y Oakland, 30 en Riverside y 25 en Fresno.
Paul Seave, un ex fiscal federal que puso tras las rejas a 20 pandilleros en Stockton en el Distrito Este de California, será el nuevo zar antipandillas del estado.
Su trabajo contribuyó a reducir el índice de homicidios un 75 por ciento.
El plan del ‘Gobernator’ también contará con un comité, compuesto por jefes policíacos, representantes escolares y activistas comunitarios, quienes se harán cargo de vigilar el programa.
Las autoridades integrarán una lista de pandilleros en libertad condicional más peligrosos del estado, la cual estará disponible en internet. Antes de que salgan de la cárcel, las comunidades sabrán del lugar en el que residirán.
El proyecto contiene un mayor apoyo para víctimas y testigos, más oficiales estatales y municipales, así como apoyos fiscales para empresas que contraten a ex pandilleros y se asignarán recursos para apoyar a menores relacionados con pandillas.
Otro de los ejemplos y muy claros de la forma en que la derecha americana ha logrado aplastar a la delincuencia es Rudy Giuliani.
El ex alcalde de Nueva York recibió las riendas de la ciudad con 2 mil asesinatos cometidos al año y más de 11 mil delitos distintos cada semana, esto en base al Índice Criminal de las Estadísticas en Áreas Metropolitanas del FBI en 1993.
En ocho años, logró reducir los asesinatos en un 66 por ciento y las balaceras en más de un 70 por ciento.
El índice criminal del FBI cayó un 56 por ciento entre 1993 y 2001, cuando a nivel nacional fue de apenas un 16 por ciento.
¿Cómo lo hizo?
Puso más policías en la calle y buscó que los criminales fueran a la cárcel y pasaran más tiempo dentro de ella.
Además, mejoró los tiempos de respuesta de los servicios de emergencia y creó la Oficina de Manejo de Emergencias.
Y es que sus antecedentes fueron las herramientas para alcanzar estos objetivos.
Este abogado de origen italiano, nacido en 1944, estuvo a cargo de la Unidad Antinarcóticos de la Procuraduría General de los Estados Unidos a la edad de 29 años durante el gobierno de Gerald Ford.
Poco después asumió el cargo de Fiscal para el Distrito Sur de Nueva York hasta convertirse en Subprocurador Alterno.
La palabra cumplida a los neoyorkinos hizo que la ciudadanía lo reeligiera en 1997, a pesar de que los votantes Republicanos eran sobrepasados 5-1 por los Demócratas. De hecho, la ciudad no había sido gobernada por un derechista desde hacía una generación.
El FBI colocó a Nueva York como la metrópoli más segura del País, la Universidad de Harvard reconoció los programas implementados por el alcalde, la Revista Time lo nombró Personaje del Año, la Reina Isabel Segunda lo condecoró como Caballero y recibió el Premio Presidencial Ronald Reagan a la Libertad.
El ahora candidato asegura que llevará sus políticas de cero tolerancia a nivel federal en caso de convertirse en Presidente.
En su campaña ha expresado que lo que requiere la nación es aplicar las leyes existentes, no crear nuevas.
Los criminales, apunta, deben ir a prisión y cumplir sus condenas, las cuales deben ser las más altas que establece la ley: cinco años para narcotraficantes violentos armados y 25 por cada delito adicional.
Además, propone reforzar el programa de Vecindarios Seguros para aportar mayores recursos a los estados, a fin de que éstos puedan encarcelar a los delincuentes armados y enviar a los más peligrosos al sistema judicial federal.
Para los criminales veteranos se crearía una lista de sentencias mínimas obligatorias.
En México llevamos casi siete años de gobierno panista.
En Baja California son casi 18, que se convertirán en 24 gracias al voto del miedo.
Lo único que hemos visto es el aumento de los crímenes, tanto en saña como en cantidad.
Con campañas como la de Valores y la Gira de Prevención creen que van a reducir la criminalidad en el estado. Eso sí, gastan decenas de miles de pesos en campañas publicitarias.
O son tontos o, de plano, creen que nosotros lo somos.
La respuesta es dar esperanza de un mejor porvenir a quienes menos tienen y cárcel a los delincuentes. Punto.
En el caso de los altos funcionarios públicos y guardaespaldas, son raras las excepciones que no los relacionan con el crimen organizado.
La derecha mexicana no ha podido o no ha querido ponerle freno al fenómeno de la criminalidad y la corrupción policíaca, a pesar de un aumento en el presupuesto federal y la puesta en marcha de los operativos conjuntos en todo el país.
Tal parece que la respuesta es gastar más.
El diputado federal perredista, Alejandro Sánchez Camacho, denunció que la Secretaría de Gobernación aumentará su presupuesto en 30 por ciento, la de la Defensa Nacional un 8 por ciento; Marina, 22 por ciento; la PGR y Seguridad Pública un 25 por ciento.
Lo que le hace falta a la derecha mexicana es imitar a sus correligionarios estadounidenses y dejarse de payasadas mediáticas.
Pero, como árbol que crece torcido…