Thursday, November 09, 2006

El 7-11


“¿Porqué tantas caras largas?”, así empezó el miércoles su conferencia de prensa el Señor Presidente, George W. Bush.
Trató de lanzar una broma enmedio del triste y amargo revés recibido en las urnas.
Un haz de comicidad intentó avivar los corazones de quienes ven angustiados la gran derrota de este martes 7 de noviembre.
El votante estadounidense fue a las casillas electorales y marcó un nuevo rumbo en la historia del País.
El gran ganador de la contienda, como ya lo marcaban las encuestas pre-electorales, fue el Partido Demócrata.
Con los resultados, este instituto político –opositor a Bush-, controlará la Cámara de Representantes con cuando menos 229 Congresistas y el Senado, una vez concedida la victoria por parte del candidato Republicano.
El pasado martes, los Demócratas arrasaron en 24 estados y le arrebataron 6 senadurías a los Republicanos, donde con el apoyo de los judíos Joe Lieberman y Bernard Sanders, quienes se presentaron como candidatos independientes.
Al Republicano, los Demócratas también les quitaron de las manos cuando menos 28 curules de la cámara baja.
Los Demócratas también obtuvieron victorias en varias gubernaturas, para hacerse de un total de 28 ejecutivos estatales y se encuentran a la expectativa en Minnesota.
De las 49 legislaturas (en la de Nebraska sus integrantes no pertenecen a partido político alguno), los rivales del Republicano lograron dominar en 23 estados ambas cámaras y tienen un control parcial en otras 9. En estas elecciones, los Republicanos perdieron en 5 legislaturas estatales.
¿Qué fue lo que llevó al electorado estadounidense a darle la espalda al Partido Republicano?
Desde mi punto de vista, fueron tres factores los que influyeron durante la jornada electoral de este 2006 en los Estados Unidos.
En primer lugar, los escándalos sexuales y de corrupción de los congresistas Republicanos.
Todo inició con la red de complicidades del ex asesor, Jack Abramoff. Continuó con las corruptelas político-militares del sandieguino Duke Cunningham, quien terminó en la cárcel. Luego vino el asunto del legislador federal por Florida, Mark Foley, a quien ‘torcieron’ enviando mensajes sexuales a dos ex internos del congreso, con quienes también sostuvo relaciones sexuales.
Está el caso del ex líder de la bancada Republicana en la Cámara Baja, Tom Delay, a quien en enero sorprendieron las acusaciones de un gran jurado texano por violación de las leyes de financiamiento de campañas políticas.
El Republicano es un partido que se jacta de ser defensor de la ética y los valores americanos.
Luego de las denuncias publicadas por los medios de comunicación, el discurso sonó hueco y sumamente hipócrita para el votante, quien actuó en consecuencia.
El pueblo norteamericano se desilusionó con el conservadurismo.
Otra de las grandes motivaciones para que el pueblo estadounidense emitiera el sufragio en contra de Bush fue la intervención bélica en Irak.
El gobierno Bush no ha podido relacionar a Saddam Hussein con los ataques terroristas. A estas alturas, ya hay más víctimas militares en el Medio Oriente que los caídos en las Torres Gemelas de Nueva York.
Los Demócratas le han exigido a Bush que dé a conocer un plan estratégico para salir de Irak sin aumentar la inseguridad de los Estados Unidos.
“Saldremos cuando tengamos que salir”, fue la poco inteligente respuesta del mandatario.
Por lo pronto, la mezcla elecciones-Irak ya cobró su primer víctima política, con la salida del Secretario de la Defensa, Donald Rumsfeld.
En mucha menor proporción, el tema migratorio también fue clave en algunas de las contiendas, como lo indica un estudio realizado por la organización ‘Immigration 2006’.
Entre quienes lograron recuperar el voto latino se encuentra Arnold Schwarzenegger, quien hace un año obtuvo una rotunda derrota en las elecciones especiales a las que convocó el año anterior. Sin embargo, hay que destacar que el asunto migratorio no fue tema de campaña en el estado dorado.
El ‘Gobernator’ logró llevarse el 41 por ciento del electorado latino de California en este 2006, propinándole así una derrota al Demócrata, Phil Angelides.
Según una encuesta de Lake Research Partners y Public Opinion Strategies, solamente el 9 por ciento de los latinos aseguró que el tema de la inmigración fue factor primordial para ir a las urnas.
Los principales problemas para los hispanos que votan en el País son la educación, la economía, el empleo y la Guerra en Irak.
Ni el muro fronterizo ni un endurecimiento de la vigilancia por parte de la Patrulla Fronteriza fue un tema electoral, de ahí que fácilmente se aprobara la construcción de nuevo cerco que dividirá a México y a Estados Unidos por parte de los Republicanos, aunque tampoco se pueden soslayar la influencia del asunto migratorio.
De la catástrofe Republicana se pueden rescatar datos interesantes, como el hecho de que una mujer, la californiana Nancy Pelosi, será la nueva dirigente de la cámara baja, y que un afroamericano será el segundo gobernador de esta comunidad en la historia del País, esto en Massachussets, tierra de los Kennedy.
Tras los resultados, el todavía líder de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert, le pasó la estafeta y la responsabilidad a su colegas de la oposición: “Ahora que los Demócratas ganaron la Cámara, tienen la enorme responsabilidad de ayudar a gobernar esta nación”.
En un acto de contrición política, el Presidente asumió la responsabilidad del voto de castigo por parte del electorado al día siguiente de que se supieran los resultados del 7-11.
A manera de intento de hacerse ver como quienes tienen la razón, el líder del Partido Republicano, Ken Mehlman, señaló que “Muchos de los Demócratas que ganaron ayer, se abrazaron a nuestra plataforma y nuestros valores”.
Su contraparte Demócrata, Howard Dean, respondió que los votantes “rechazaron la cultura de corrupción y la política del miedo de los Republicanos”.
Esta fue la clave de la derrota Republicana. Para el 2008, se espera una reñidísima campaña, pues estará en juego el puesto más importante de todos: la Casa Blanca.

Colofón irónico…
A George W. Bush le hizo falta contar con un Luis Carlos Ugalde el pasado 7-11.

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