
No me imagino a Albert Gore o a John Kerry convocando al nombramiento de un presidente alterno al que las instituciones electorales determinan sea el mandatario constitucional, definido por la vía electoral. Tampoco nombrando gabinetes distintos al que haga el presidente electo. Esto no pasó con George W. Bush ni pasará jamás en la vida política de los Estados Unidos. Sería un gravísimo error y llevaría al País al ridículo internacional y a una grave crisis política y de credibilidad. En otros países, como en México, esto es posible. Arturo García Portillo, secretario de acción electoral del comité ejecutivo nacional del PAN, dijo en entrevista concedida a varios medios de comunicación el pasado 20 de noviembre que es una tontería que se debe ignorar, ya que carecen de valor legal ni efecto práctico. El funcionario panista dijo que solo es una muestra de capricho por parte de quien encabezo un evento de este tipo en el Distrito Federal, de no reconocer la legalidad en el país. Incluso se atrevió a decir que el presidente legítimo de las mexicanas y los mexicanos tiene un trastorno mental, ya que el evento fue una farsa y una tontería. Esto fue lo que dijo el 20 de noviembre, cuando se cumplieron 96 años del inicio de la lucha anitireeleccionista por parte de Francisco Indalecio Madero. Curiosamente, la lucha revolucionaria dejo 1 millón de muertos civiles y militares, entre los que destacan varias figuras políticas que, o fueron presidentes, o bien lideraron la lucha armada por la democracia y la mejora de las condiciones de vida de gran parte del pueblo mexicano. Durante 19 años, la historia de México se lleno de traiciones y levantamientos cada que a uno de los lideres revolucionarios o pseudos revolucionarios, se les ocurría la gran idea de ser presidentes, llamando al pueblo a retomar las armas en contra del tirano en turno. Tuvo que llegar Plutarco Elías Calles al poder y formar el entonces Partido Nacional Revolucionario, hoy PRI, para aglutinar a las corrientes ideológicas y terminar con el derramamiento de sangre. Con el pasar de los años los ideales de la revolución mexicana se perdieron…en el campo los agricultores se empobrecieron y emigraron a las ciudades para buscar mejores condiciones de vida. El PRI se adueñó del poder a través de triquiñuelas, similares a las empleadas por Don Porfirio Díaz, para continuar su dominio en la actividad gubernamental. Afortunadamente, la mayoría de los mexicanos optaron por no levantarse en armas otra vez durante varias décadas, gracias a la estabilidad económica. El dolor de cabeza inicio en la década de los 60s, cuando grupos estudiantiles se levantaron para exigir democracia y libertad de nueva cuenta. La gota que derramó el vaso fueron los 12 años de los compadres Luis Echeverría Alvarez y José López portillo, quienes dieron al traste con el rumbo económico de la nación, lo que provoco a su vez un aumento de la pobreza, la desaparición de la clase media mexicana y la migración hacia los Estados Unidos. Luego siguieron las presidencias de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, con una estabilidad macroeconómica que no se ha reflejado en el bolsillo de los mexicanos. De ahí que 14 millones de mexicanos hayan confiado en Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente legitimo, quien se comprometió a luchar por quienes estaban en el primer lugar de su lista de prioridades, los pobres. Con el embarazo de unas cuantas urnas en territorio nacional, a través de los votos taquito y con la venia de las autoridades electorales, se consumo un fraude electoral que no se quiso investigar. Por eso, el principio revolucionario de sufragio efectivo se mantiene vigente hasta nuestros días. Por eso el nombramiento del presidente legitimo y su gabinete alterno, hoy tan criticado por el panismo. Las críticas, por supuesto, no fueron iguales el 23 de febrero de 1989, cuando el entonces ex candidato presidencia panista, Manuel Clouthier, instalo un gabinete alternativo como INSTRUMENTO PARA MANTENER A LOS GOBERNANTES BAJO UNA VIGILANCIA CONSTANTE y aportar soluciones a los problemas nacionales. Esto es exactamente lo mismo que pretende AMLO. Para el panismo, Clouthier fue toda una figura por atreverse a desafiar al poder con este gabinete alternativo, mientras López Obrador es solo un hombre caprichudo y loco. Fue inclusive más ridículo el movimiento de Clouthier (integrante del grupo blanquiazul de ´Los Dorados del Norte´), pues el panista quedó en el tercer lugar durante las elecciones del 88. Fue el mismo Luis H. Alvarez, entonces líder nacional del blanquiazul, quien tomó la protesta a, entre otros, Diego Fernández de Cevallos en política interior (gobernación), Vicente Fox en política agropecuaria, Carlos Castillo Peraza en política educativa y cultura, y al hoy Convergencista, Jesús González Schmal en política exterior, y al ex gobernador de Nuevo León, Fernando Canales Clariond, como encargado de la infraestructura, servicios y empresas paraestatales. Parafraseando al funcionario panista, esa bola de insanos ocupan o han ocupado, importantes carteras en el gobierno mexicano. La gran diferencia con los perredistas son los colores, por supuesto. |
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