No nos alcanza

De veras, cada vez que nosotros los proletarios recibimos el cheque producto de nuestra labor, éste se desvanece más rápido que una cerveza en verano cachanilla. La renta o el pago de la mensualidad de nuestra vivienda, la comida, los servicios públicos y un montón de otras responsabilidades que nos dan cierto nivel de confort, representan un alto porcentaje de los ingresos familiares. Pero lo más insultante es el salario mínimo. Este, de plano, no alcanza para cubrir necesidad alguna.De hecho, una investigación destaca que el poder de compra del salario mínimo ha caído por debajo del nivel que tenía hace tres décadas. Se supone que, para de verdad cubrir las necesidades básicas de una familia, éste debe ser mucho mayor. No crea el lector que hablo de los ínfimos 46 pesos con 80 centavos autorizados el pasado 16 de diciembre por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (que aumentaron en esa fecha como ridículo regalo post-virginal o prenavideño), y que se aplicarán a partir de este sábado 1 de enero. Me refiero a los 6 dólares con 75 centavos que ganan millones de californianos cada hora.La organización Proyecto Presupuestal de California (CBP, por sus siglas en inglés), reveló en el estudio ‘El Estado de la California Trabajadora’, presentado en septiembre pasado que, a pesar de que los latinos ganan una cantidad mayor de dólares, sus ingresos cayeron un 5.1 por ciento entre 1979 y el 2003. Las diferencias entre los ingresos de los latinos y residentes de otras razas en California son abismales. El estudio revela que las disparidades entre una y otra comunidad se encuentran en todas las actividades y los niveles laborales de la famosa “Sexta Economía del Mundo”. Por cada dólar que gana el californiano promedio, el latino apenas araña los 61 centavos de ingreso. A su vez, el Instituto de Políticas Públicas de California, en su análisis ‘Discrepancias de Ingresos Raciales y Étnicos del Mercado Laboral de California’, publicado en el 2003, revela que el salario promedio para un residente blanco de California nacido en los Estados Unidos es de 20.83, mientras que para los hispanos nacidos en el país de las barras y las estrellas es de 16.96 dólares. Mientras que para los afroamericanos es de 15.41 y los asiáticos de 21.82 dólares por hora. Entre mujeres la tendencia es similar, aunque con ingresos menores a sus contrapartes masculinos. El CBP, en otro reporte de junio del 2004, señala que, por ejemplo, una madre soltera con dos hijos, debía ganar 23.54 dólares por hora para poder mantener su hogar. Incluso, las diferencias son marcadas entre latinos nacidos fuera del país y los nacionales, como explica el reporte. A pesar de conocer este informe, y de que el mismo CBP había mencionado anteriormente que un aumento al salario mínimo (que ganan la mayoría de los latinos nacidos fuera del país) no perjudicaría a las empresas, el Gobernador Arnold Schwarzenegger vetó la iniciativa de ley AB 2832 en septiembre pasado. La Asambleísta Sally Lieber, una Demócrata de la ciudad de Mountain View, presentó una iniciativa a principios del año, con la cual se pretendía aumentar el salario mínimo a 7.25 dólares para el 1 de julio del 2005 y a 7.75 el 1 de julio del 2006. La iniciativa fue aprobada por la mayoría Demócrata tanto en la Asamblea como en el Senado. Lieber justificó: “el 58.1 por ciento de las personas que ganan el mínimo en California tienen 25 años o más”. Además, se indicó en un análisis de la legislatura que el poder de compra ha caído 28 por ciento desde 1968, a pesar de que el salario mínimo creció de 4.25 dólares en 1988 a los 6.75 actuales.Schwarzenegger, en su mensaje de veto, dijo que el Departamento para el Desarrollo del Empleo calculó un impacto negativo a la burguesía californiana de entre 3 mil y 4 mil 400 millones de dólares. “En años recientes, el alto costo de hacer negocios en California ha enviado fuera del estado empleos, negocios y oportunidades. Hemos empezado la recuperación de California al hacer a nuestro estado un lugar más atractivo para hacer negocios y que los empleadores permanezcan en el estado, expandirlo y crear más trabajos”, expuso el ‘Gobernator’. Además del retraso para los latinos californianos, la Entidad Dorada tiene la vergüenza de tener el salario mínimo más bajo de la costa oeste. En Washington, el salario mínimo aumentó a 7.16 dólares hace cinco años, a través de una iniciativa ciudadana; Oregon lo subió a 7.05 dólares en 2002 y, recientemente, Alaska hizo lo mismo a 7.15. Para empeorar la situación, la Legislatura eliminó los fondos de la Comisión de Bienestar Industrial del estado, efectivo a partir del 1 de julio del 2004. Esta comisión, integrada antes de su disolución por cinco miembros nombrados por el gobernador (y tres de los cuales son empresarios), era la encargada de revisar cada dos años el salario mínimo estatal, de acuerdo al Código Laboral de California. No cabe duda de que, lejos de ser parte del sueño americano, California se ha convertido en una pesadilla para la clase trabajadora. En el estado hay 996 mil 300 desempleados, el peor nivel de los últimos años. Pero entre los latinos, el índice de desocupación (o de disponibilidad laboral, como se le ha llamado eufemísticamente), es de 8.2 por ciento, el más alto en los últimos 64 meses. Claro está que la situación es muy lejana a los casi 4dólares diarios en salario mínimo que se ganan en México, pero tanto en la nación azteca como en la californiana, las mismas autoridades no pueden hacer verdadera la sentencia de la sección VI, inciso A del artículo 123 de la Constitución Mexicana: “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer la educación obligatoria de los hijos”. ¿O se podrá vivir en lugares como la Colonia Nueva, Fraccionamiento Chapultepec-Los Pinos, San Pedro Residencial o ciudades como Beverly Hills y La Quinta, ganando el salario mínimo respectivo?El status quo se mantendrá mientras sigamos con gobiernos de caviar y champaña, y un pueblo de frijoles y cerveza, eso si bien nos va.