Wednesday, August 01, 2007

LAGOM


Puedo decirme fanático del programa de Tony Bourdain, llamado ‘Sin Reservas’ y que se transmite por el canal Discovery Travel and Living.
El anfitrión, un chef neoyorkino quien viaja por todo el mundo descubriendo secretos culinarios, no siempre fue famoso y exitoso.
En alguna época, como él lo relata constantemente, fue un adicto a las drogas.
Gracias a su tenacidad es que ha logrado alcanzar la cima y ser visto en todo el orbe.
En uno de sus programas, visitó Suecia, hasta entonces, país desconocido para este escritor.
Sus invitados le comentaban acerca de una palabra que no tiene traducción a idioma alguno: “Lagom”.
Más o menos significa “promedio para todos”.
En wikipedia se puede encontrar otra aproximación con la frase Lagom är bäst, que quiere decir “Hay virtud en la moderación”.
En la misma enciclopedia web se haya una posible etimología en Laget Om, vocablo vikingo que se refería a la cantidad de líquido que se podía tomar del cuerno para que todo el grupo obtuviera un trago similar y equitativo.
Este reino de 9 millones de habitantes y en cuya capital, Estocolmo, viven unos 760 mil habitantes (igual a los residentes de Mexicali), el promedio de ingresos por persona es de casi 43 mil dólares al año.
Su sistema social es casi inmejorable, ya que existen subsidios a la maternidad o paternidad, infinidad de guarderías, servicio médico gratuito y hasta 480 días de salario pagado para que los padres puedan cuidar a sus hijos entre el nacimiento y su octavo cumpleaños.
Los estados del reino mantienen la red hospitalaria y proporcionan el servicio médico junto a los gobiernos municipales.
Por supuesto que también hay problemas. Dada la gratuidad de la atención a la salud, existen largas filas de espera para intervención quirúrgica, pero una reforma legal del 2005 estableció que en caso de que las cirugías tarden más de tres meses, se puede buscar el servicio en otra parte y los costos los paga el gobierno estatal, incluidos los viáticos.
Para ello, el gobierno cobra altísimos impuestos que llegan al 51 por ciento de los ingresos personales de sus residentes, igual para ricos y pobres (aunque en este país los pobres gozan una calidad de vida muy por encima de la de otras regiones).
Cada cuatro años se elige una nueva asamblea popular, integrada por 349 diputados. El partido o coalición ganadora nombra al líder de la asamblea, quien a su vez propone a un primer ministro, quien se encarga de administrar el gobierno.
Aquí no hace falta la revocación de mandato, pues un voto de no confianza hacia cualquier funcionario puede hacerlo caer. Así de fácil.
La televisión y la radio estatales dominan las preferencias entre los habitantes. Los periódicos de menor tamaño son subsidiados por el gobierno a fin de mantener una democrática gama de opciones y tendencias de lectura.
Suecia es famosa por muchas cosas, principalmente sus personalidades en las artes y el deporte: Greta Garbo, Ingmar Berman, Roxette, Ace of Base, The Cardigans, el guitarrista Yngwie Malmsteen, Europe, Abba, Bjorn Borg, Mats Vilander y Stefan Edberg.
Claro, también sus productos: la dinamita, el Tetra Pak, el marcapasos y el cinturón de seguridad de tres puntas, utilizados en la mayoría de los vehículos actualmente.
En cuanto a la empresa, por todo el mundo giran productos de las marcas suecas Ericsson, Volvo, Saab, Scania y AstraZeneca.
Además de los famosos Premios Nobel, sumamente cotizados entre hombres de letra e investigación de todo el planeta.
Pero hay un par de datos que destacan.
El primero es su preparación universitaria: el 90 por ciento de los alumnos que graduan de la enseñanza básica ingresan a la universidad. Prácticamente no se prepara quien no quiere.
El otro es el uso de idiomas extranjeros.
En Suecia no existe un idioma oficial, aunque el sueco es la lengua más hablada entre sus residentes y otras cinco han sido reconocidas, entre éstas el finlandés.
De acuerdo a un estudio realizado por Eurobarómetro sobre el uso de lenguas en el viejo continente, el 88 por ciento de los suecos dice hablar bien el inglés y el 70 por ciento lo usa constantemente.
En este aspecto, sus vecinos daneses les llevan ventaja, pues además del inglés, hablan el francés y el alemán.
Pero el hecho de que la mayoría de los suecos pueda hablar otro idioma, merece ser destacado.
Otros europeos son menos ‘adictos’ a lenguas extranjeras.
Uno de ellos es Arnold Schwarzenegger, el austríaco gobernador de California, quien hace algunas semanas sugirió a los latinos a dejar de consumir medios de comunicación en español para empezar a hacerlo en inglés, como una forma de aprender esta lengua.
Quizá su intención es hacernos olvidar el castellano, como ya lo han hecho muchos otros estadounidenses de tercera generación, no solamente originarios del sur del continente, sino inclusive alemanes, italianos y de otras partes del mundo.
Schwarzenegger no sabe que la grandeza de una nación radica en la preparación de sus habitantes, no en sus limitaciones.