Thursday, November 08, 2007

Corrupción americana

Desde hace algunas semanas, se han dado a conocer varios casos de corrupción de funcionarios públicos en California, quienes son investigados por las autoridades correspondientes.
A mediados del año, el regidor de San Francisco, Ed Jew, fue sorprendido luego de que se diera a conocer que no reside en el distrito que se supone representa.
Recibos de electricidad en ceros y declaraciones de sus vecinos, revelaron que el regidor en realidad no vive en el sitio, por lo cual debía ser destituido.
Por ello, el Procurador de la Ciudad, Dennis Herrera, inició el trámite correspondiente.
Por supuesto, Jew se defendió, argumentando que se trataba de una artimaña política.
En junio del 2007, Herrera solicito la opinión de la fiscalía estatal para proceder con la destitución.
Este proceso para recibir el visto bueno de la procuraduría es obligatorio, ya que así se evita el linchamiento público de un funcionario.
Edmund Brown, Procurador de California, aceptó proceder en contra de Jew apenas el 18 de octubre.
Pero antes, el 25 de septiembre, el Alcalde de San Francisco, Gavin Newsom, lo depuso para colocar a Carmen Chu, subidrectora de Pólizas y Finanzas del gobierno local.
Sin embargo, este no es el único asunto que hay en contra de Jew.
La Procuraduría General de los Estados Unidos presentó otra demanda contra el ex regidor, ahora por corrupción.
Jew es asusado de haber recibido 80 mil dólares para ‘facilitar’ la solución de los problemas a una cadena comercial ubicada en su distrito, la cual presentaba problemas de violaciones a un reglamento local.
Jew es acusado por fraude, extorsión y aceptar ‘mordidas’, y de ser encontrado culpable, podría pasar varios años en la cárcel.
Casi a la misma vez, la Procuraduría de Estados Unidos dio a conocer las acusaciones contra el Alguacil del Condado de Orange, Michael Carona.
El primer policía de esta municipalidad californiana fue acusado de recibir 350 mil dólares en donativos para su campaña política, que luego fueron pagados por el abogado, Donald Haidl, a quien nombró Subalguacil para los Reservistas de la corporación.
La carrera de Carona iba en ascenso.
Graduado de la Academia del FBI, fue el primero en salir electo Alguacil y que no pertenece a la corporación.
Fue reelecto sin opositor en 2002 para dirigir una fuerza policíaca de 4 mil 200 elementos.
En el 2003, fue miembro del Comité de Transición de su amigo, el entonces Gobernador Electo, Arnold Alois Schwarzenegger.
Carona fue reconocido por su trabajo por los ex Gobernadores Pete Wilson y Gray Davis, así como por el Presidente George W. Bush, quienes lo nombraron integrante de diversos comités de seguridad pública estatal y federal.
Premios recibió por doquier, de diferentes categorías y desde diversas trincheras.
Es más, el conductor de CNN, Larry King, lo llamó el ‘Alguacil de Estados Unidos’.
Sin embargo, las indagatorias del FBI descubrieron una bien armada estrategia para continuar con su carrera política, a través de la corrupción.
El abogado Haidl le permitió a Carona y sus cercanos usar su avión y yate particiulares. También recibió como recompensa viajes a diversos lugares.
En la primera campaña de Carona, la de 1998, se creó un equipo que llevaría al ahora ex Alguacil a la cumbre, a cambio de varios ‘apoyos’.
Carona es acusado por recibir, junto al abogado George Jaramillo, 110 mil dólares en efectivo para reactivar un despacho de abogados.
El donativo fue recibido exactamente un día antes del proceso electoral, en noviembre de hace nueve años.
Carona y jaramillo recibieron pagos como socios del despacho de abogados, al que enviaban los casos de algunos oficiales que se veían en problemas legales y que claro, los servicios eran pagados con recursos públicos.
Por sus aportaciones, Haidl fue nombrado Subalguacil para Reservas y recibió trato preferencial para salir de la cárcel sin problema alguno, tanto para él como para su hijo.
Amigos, familiares y conocidos entraron como reservas al cuerpo policíaco.
El ‘Sheriff’ Carona permitió usar tierras del condado para un equipo de ‘paintball’, integrado por personas cercanas de Haidl.
Por si fuera poco, en sus declaraciones de Conflictos de Interés ante el estado, Carona mintió y omitió los regalos recibidos por parte de su subalterno.
Entre estos presentes fue ubicado por el FBI un bote que Carona recibió en 2001.
Las acusaciones también giran en torno a la esposa del Alguacil, Deborah Carona, y la abogada Debra Victoria Hoffman, quienes aparentemente participaron en este grupo de corrupción.
Esta semana, la Alguacil Interina, Jo Ann Galinsky, ordenó una auditoría a los gastos de 700 millones de dólares, sólo en caso de encontrar más anomalías que hundirían todavía más al ex funcionario público.
A principios del año, Haidl y Jaramillo se declararon culpables ante la justicia federal.
El primero podría pasar tres años en la cárcel. El segundo quizá 23.
Los sospechosos delataron a Carona, quien intentó evitar que hablaran, trataado de convencerlos que mintieran a un gran jurado, lo cual obviamente, no logró.
La cereza del pastel en la corrupción californiana fue la investigación que también el FBI abrió contra los líderes de la Legislatura, el Asambleísta Fabián Núñez, y el Vicepresidente del Senado, Don Perata, ambos del Partido Demócrata.
De acuerdo a lo que se ha podido saber hasta el momento, los dos personajes han realizado viajes y comidas con aportaciones hechas a sus comités de campaña, lo cual es catalogado como corrupción.
Si los fondos son para la campaña, éstos deben destinarse a este fin.
Pero no.
Tal parece que los donativos recibidos por parte de empresarios con mucho dinero lo han utilizado para empujar algunas medidas legislativas que beneficien a los donadores.
En los tres casos ha intervenido directamente el FBI, organismo espejo de la Agencia Federal de Investigaciones de México.
Por supuesto, aquí no hizo falta presentar una denuncia, como lo hizo el Senador mexicano, Ricardo Monreal, en contra del ex Presidente, Vicente Fox.
El FBI mantiene abiertas múltiples investigaciones contra funcionarios públicos en todo el País, de quienes se sospecha estén cometiendo actos de corrupción.
Aquí, en Estados Unidos, las instituciones sencillamente se dedican a cumplir sus funciones, incluso, en contra de sus propios patrones.
Las comisiones especiales, de este lado del cerco, no hacen falta.
Si México tuviera un FBI, estoy seguro que Fox ya habría hecho maletas para retirarse a la Patagonia o a Siberia.