Qué enorme diferencia hubo de lo vivido y reproducido por los medios de comunicación entre los efectos del Huracán Katrina y los Incendios del Sur de California.
Mientras en Nueva Orleans el gobierno federal tendió lentamente y a cuenta gotas su brazo, para los sudcalifornianos el apoyo llegó casi de manera inmediata. Y es que las poblaciones también son radicalmente diversas.
Según Dana Perino, portavoz de la Casa Blanca, las autoridades federales ya aprendieron la lección. Supuestamente.
Vamos por partes.
El gobierno californiano el mismo domingo de la propagación del fuego declaró la emergencia local, pero la federal mayor no vino sino hasta dos días después. Esto es 48 horas, que son muchísimas y representan la diferencia entre perder y conservar un hogar.
La ayuda de la milicia para combatir los incendios no llegó sino hasta entonces.
Luego, para tomarse la foto, se realizó una gira conjunta del Presidente George Bush y el Gobernador Schwarzenegger.
“No los olvidaremos”, dijo el presidente estadounidense.
Veremos, porque las huellas del Huracán Katrina siguen tatuadas entre los residentes de Luisiana.
Muchos de los afectados por el fenómeno natural más catastrófico en la historia del País prefirieron no volver a Nueva Orleans, ya que el apoyo federal no llegó como debía.
A pesar de que las autoridades se decían listas y aleccionadas, en el sur de California hubo un total de medio millón de desplazados.
Para combatir los incendios faltaron bomberos y el gobierno estatal tuvo que pedir auxilio de varios lugares.
Además, el gobierno estatal ya había pasado por una situación similar hace tres años, cuando los incendios mataron a 15 personas y destruyeron 2 mil 300 hogares.
Para evitar que este asunto se repitiera, el entonces Jefe de bomberos de San Diego, Jeff Bowman, solicitó 100 millones de dólares para construir 22 estaciones en el área, a fin de brindarle el servicio a la población.
El ex funcionario, ante la negativa de los regidores, prefirió renunciar al cargo e irse a refugiar a su domicilio en Escondido.
Durante los incendios de la semana anterior, Bowman se negó a evacuar su casa, al argumentar que el fuego en realidad no amenazaba su vivienda.
El ex funcionario dijo temer una ola de robos en la zona que le perjudicaría en sus pertenencias.
Por lo mismo, cientos de personas se negaron a abandonar sus casas.
Pues a pesar de lo preparado de las autoridades, los incendios de la semana anterior destruyeron en todo el estado 518 mil acres.
Un total de 3 mil 688 edifcios resultaron quemados o dañados.
Eso sí, después de la tormenta vino la calma y las autoridades anunciaron con bombo y platillo un sinfín de medidas para apoyar a los afectados.
El Departamento de Trabajo envió un paquete de 50 millones de dólares para las labores de limpieza, en las cuales auxiliarán camiones de carga con permisos especiales emitidos por el gobierno.
También habrá programas de préstamo para granjas y pequeñas empresas, mientras los residentes podrán recibir 10 mil dólares para recuperarse.
Se instalaron decenas de albergues y centros de asistencia, donde la gente podrá solicitar desde permisos gratuitos para construcción hasta activar su seguro de desempleo.
Para evitar que se den los fraudes por parte de ajustadores o aseguradores sin licencia, el Comisionado de Seguros, Steve Poizner, ya envió a sus investigadores para actuar de manera preventiva.
Poizner es el único Republicano del gabinete electo de California y también serio aspirante a la gubernatura en el 2010, cuando Schwarzenegger tenga que dejar el cargo.
Una muestra más de las fallas fueron los daños personales: el gobierno estatal aceptó la muerte de 7 personas y que otras 124 resultaron heridas (casi la mitad de éstos últimos migrantes rescatados por la Patrulla Fronteriza).
En total, 200 migrantes rescatadso por la corporación federal.
En el Centro de Quemaduras de la Universidad de California en San Diego se reportó que 17 personas están siendo tratadas por los efectos del fuego, de los cuales 11 se cree son indocumentados.
Una de estas personas es una joven esposa, María Guadalupe Beltrán Leonides, 27 años de edad, a quien su esposo reconoció por los dedos de los pies, ya que quedó desfigurada.
Quizá haya muchos migrantes muertos más, cuyo serán encontrados, de acuerdo a las autoridades, quizá hasta dentro de un año.
Hubo otros, como los migrantes oaxaqueños dedicados a las labores del campo, quienes fueron obligados a seguir laborando en las parcelas, a pesar de la orden de evacuación.
Políticamente correctos, Bush y Schwarzenegger no se tomaron las fotos con estos migrantes. Sería un suicidio político.
Como comentaba al principio, Nueva Orleans no es San Diego.
Allá, la comunidad negra es mayoría. Por supuesto, registrados en el Partido Demócrata.
Aquí, la mayoría de los afectados por los incendios en los Condados de Riverside, Orange y San Diego, son Republicanos con ingresos mayores al promedio y caucásicos.
Katrina trajo en septiembre del 2005 casi 2 mil muertos y pérdidas por 75 mil millones de dólares tan solo en Nueva Orleans, ciudad que quedó inundada en un 80 por ciento.
Los residentes acudieron al lugar más alto de la ciudad, el Superdome (donde juegan los Santos de la NFL), tuvo que ser evacuado. Una enorme diferencia con lo visto en el Qualcomm, sede de los Cargadores de San Diego, donde hasta pantallas de televisión, videojuegos y otras diversiones fueron instaladas para el esparcimiento de los afectados.
Organizaciones como el Concejo Nacional de La Raza denunciaron racismo, haciendo eco a las críticas de la comunidad negra de Nueva Orleans, ante la inactividad del gobierno de Bush.
Lo que ocurre es que no es lo mismo ser el Gobernador Republicano de California que la Gobernadora Demócrata de Luisiana, quien en diciembre del 2004 visito Cuba, causando polémica nacional e irritación del inquilino de la Casa Blanca.
Claro, además del conflicto de la gobernadora Kathleen Babineaux Blanco con el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin.
Quedó documentado que el 29 de agosto, cuando pegó Katrina, la goberadnora dejó un recado con un funcionario federal de tercer nivel, luego de no haber podido encontrar a Bush por teléfono.
La federación permitió tres días después el despliegue de la Guardia Nacional de Nuevo México a Luisiana.
En esas mismas fechas, el estado de Misssissippi recibió más apoyo federal, gracias al Gobernador Republicano, Haley Barbour, un poderoso cabildero de la capital del país que logró el regreso el dominio de su partido en la legislatura federal hace mas de 10 años.
La diferencia en el auxilio a ambas entidades se dio también gracias a la propia ineptitud e indecisión de la gobernadora blanco.
Un último dato: la gobernadora de luisiana tuvo que luchar por 10 meses para lograr hacerse de 4 mil 200 millones de dólares en fondos para los afectados.
Las labores de combate a los incendios del sur de California costaron más de 40 millones de dólares solamente en San Diego, y la federación ya está buscando la forma de hacer llegar mil millones de dólares, cuando menos, en apoyo a la región.
¿Discriminación política?