Thursday, December 13, 2007

Despertando del sueño americano

Más de 12 millones de mexicanos hemos venido a este País para gozar de las mieles del llamado ‘Sueño Americano’.
Esta aspiración por tener un mejor horizonte en la vida no se limita a la comunidad hispana, sino a todo aquél que llega a los Estados Unidos.
De acuerdo a diferentes versiones, el llamado ‘Sueño Americano’ comprende el tener un buen empleo, donde no se trabaje mucho, pero sí se obtengan buenas ganancias, suficientes para poseer una camioneta en la cual pasear los fines de semana a la familia, una mascota, comida y cerveza en el refrigerador, un excelente aparato televisor con un buen sofá dónde recostarse después de trabajar y, por supuesto, una casa adecuada.
Pero el lograr esta última condición se ha transformado en una verdadera pesadilla para miles de familias en el País.
En la disyuntiva se encuentran unas 85 familias del poblado de Heber, quienes acaban de recibir su cobro de impuestos a la propiedad, conocido en México como impuesto predial.
De acuerdo al testimonio de los afectados, el cobro va de entre los 6 mil a los 12 mil dólares.
Este cobro se deriva de la creación de los llamados Distritos de Instalaciones Comunitarias.
A fin de evitar vender las casas más caras, los urbanizadores crearon este impuesto, para pasar el costo de la infraesctructura (parques, calles, agua y drenaje) a los clientes.
De acuerdo a los afectados, ellos desconocían los alcances de este impuesto, que viene estipulado en sus contratos de compra de casas.
El Director de Catastro en el Condado de Imperial, José Rodríguez, dijo que estos impuestos pueden reducirse (pero en realidad muy poco), si las casas son reevaluadas por la dependencia, pero esto requiere tiempo.
Los propietarios de casas afectados pudieron optar cuando adquirieron sus casas por una tasa de interés fija, en la que se incluyera este impuesto, pero por falta de información, experiencia y conocimiento del idioma, firmaron sin saber las consecuencias de los préstamos de interés flexible.
El Código de Impuestos e Ingresos de California impide a los contribuyentes hacer abonos a sus impuestos, por lo que están obligados a pagar en una sola exhibición.
La legislatura está impedida para hacer cambios ‘fast track’ a esta disposición, por lo que las familias están en un serio peligro de perder sus casas.
Tiempo es lo que menos tienen estas personas para evitar el colapso, pues este lunes 17 deben pagar sus impuestos. A partir de ahí, empezará la verdadera agonía.
El haber optado por estos intereses flexibles ha llevado a cientos de miles de clientes en todo Estados Unidos a estar en la incertidumbre.
Tan solo en California, cada semana unos 2 mil propietarios de viviendas están recibiendo notificaciones de embargo, al verse imposibilitados a pagar las mensualidades. Las estimaciones oficiales indican que la cantidad aumentará al doble para el próximo año.
El problema radicó en que las empresas prestamistas concederieron contratos a personas que en realidad no podían pagar.
Luego vino el asunto de los refinanciamientos, por los cuales a los dueños de casas bajaron en un principio las mensualidades, pero al final les aumentaron los intereses.
El gobierno estatal calculó que 180 mil de las 826 mil viviendas con intereses flexibles se perderán en embargos.
Actualmente, una de cada 88 casas está en riesgo de ser embargada, según el gobierno californiano. Esto se traduce en una reducción del precio del resto de las viviendas en los vecindarios, que ya de por sí ha sido empujado por el mismo mercado ante la baja de producción de casas y las ventas extraordinariamente reducidas.
El Comité Económico Conjunto del Congreso cree que unos 100 mil millones de dólares en riqueza acumulada por la vivienda quedará en la ruina.
Más datos: la Asociación de la Industria de la Construcción revela que en octubre pasado cayeron en un 28 por ciento los permisos solicitados por los constructores ante el gobierno, en comparación con el mismo mes del 2006.
La misma organización reveló que la solicitud de permisos para construir casas cayó un 31 por ciento en los primeros diez meses de este año, comparados con el mismo periodo del año anterior.
En cifras reales, solamente se expidieron 99 mil permisos.
La caída fue mayor en la edificación de casas que en el terreno de los multifamiliares.
De acuerdo al Economista, Alan Nevin, los constructores buscan vender el inventario de vivienda, por lo cual se ha dado esta reducción en la solicitud de permisos.
Aunque en la Zona Metroppolitana de El Centro aumentó en octubre la emisión de permisos, el acumulado de todo el año señala una baja del 43.5 por ciento.
El efecto en el sector privado tendrá consecuencias en el gobierno estatal, pues el estado perderá unos 4 mil millones de dólares en ingreso por impuestos, lo que pone en serio aprieto el presupuesto estatal del próximo año, los programas y servicios públicos, así como la calidad de vida de todos los californianos.
Si a esta situación que el déficit californiano ronda los 10 mil millones de dólares, es fácil reconocer que el gobierno no podrá apoyar financieramente a las familias en la zozobra.
Por esta situación, a finales de noviembre grupos hispanos convocaron a una marcha para pedir el congelamiento de las tasas de interés en Santa Anna, condado de Orange.
De acuerdo al Asambleísta José Solorio, un Demócrata de Anaheim, las marchas continuarán en caso de que las empresas desoigan sus argumentos y peticiones.
Por su parte, los Demócratas en la Asamblea solicitaron una sesión especial del congreso para analizar los embargos, a la cual todavía no se ha convocado.
La izquierda californiana presentó un paquete de iniciativas de ley, con las cuales se erradican las multas de prepago, se apoya a los clientes que hablan un idioma distinto al inglés, termina los incentivos para prestamistas que buscan contratos de interés flexible, aumenta la consejería para consumidores y refuerza las regulaciones de verificación de ingresos.
Pero estas son solamente propuestas que difícilmente serán aprobadas antes de Navidad.
Desde el oficialismo también se han tomado algunas medidas, aunque de menor impacto.
El ‘Gobernator’, Arnold Schwarzenegger, llegó a un acuerdo con cuatro empresas a fin de evitar que los compradores dejen sus casas en manos de instituciones financieras.
Pero estas compañías solamente representan a una cuarta parte del mercado.
El pacto contempla una reducción de los intereses a la tasa original pactada.
También se formó la Fuerza de Tareas Interdepartamental para préstamos no tradicionales, a fin de apoyar a los propiearios de viviendas.
Algo similar hizo el Presidente, George W. Bush, pero que ayudará a apenas el 12 por ciento de los propietarios de casas afectados.
Además, Schwarzenegger lanzó campaña de capacitación para consumidores, acerca de las opciones para evitar el embargo de sus propiedades.
Pero la debacle en el sector inmobiliario no creo que tenga solución a corto plazo.
La consultora Realtytrac.com informó este jueves que las notificaciones de embargo en todo el País aumentó un 30 por ciento en el tercer trimestre del 2007 con respecto al mismo periodo del año anterior.
California se ubica a la cabeza, con un total de 148 mil solicitudes de embargo. Le siguen Florida, Ohio, Texas y Michigan.
Contrastan estos números con los de los estados de Vermont y Dakota del Sur, donde apenas si hay 25 y 75 solicitudes de embargo, respectivamente.
De ahí que el 65 por ciento de los residentes de California esperan un mal tiempo económico para el 2008, el peor panorama desde febrero del 2003, de acuerdo al Instituto de Política Pública de California.
El sondeo manifiesta que el 52 por ciento de los californianos cree que la crisis en el sector de la construcción les afectará personalmente.
Entre esa mitad, estoy yo. Y creo que en lugar de mejorar, el problema va a empeorar.
Mortifíquense mexicanos: cuando a Estados Unidos le da gripe, a México le da pulmonía.
De este lado del cerco, me parece, no tenemos ‘Mejoralitos’.
Por lo pronto, yo como millones de californianos, tendremos que seguir de ‘arrimados’, ante la discrepancia entre los ínfimos salarios y los cada vez menos alcanzables precios de las casas.