Wednesday, March 26, 2008

Izquierda acorralada


Tanto en Estados Unidos como en México, la izquierda está acorralada en un callejón sin salida.
En el País del norte, los Demócratas se encuentran al final de su contienda interna para seleccionar al candidato presidencial sin tener en claro el nombre y apellido de quién buscará ocupar la Casa Blanca.
Hasta este día, el Senador Barack Obama cuenta con mil 628 delegados, y todavía le faltan 400 para llevarse la nominación.
Mientras, la Senadora de Nueva York, Hillary Clinton (quien parece desconocer la diferencia entre sus seguidores y los francotiradores), tiene en su haber mil 497. Esto significa que a la aspirante le faltarían mas de 500 votos para ser candidata.
En lo que resta de las elecciones internas, quedan por participar los votantes de 10 estados, quienes sufragarán entre el 22 de abril y el 3 de junio.
En estas entidades estarán en juego 566 delegados.
Debido al sistema de representación proporcional del Partido Demócrata y lo cerrado de las encuestas, ninguno saldrá victorioso para el verano, por lo que serán los superdelegados quienes definan al candidato presidencial.
La situación podría traducirse en un regreso al pasado, específicamente a 1952, cuando el Presidente Harry Truman y la ‘nomenklatura’ del Partido Demócrata impusieron como candidato al entonces Gobernador de Illinois, Adlai Stevenson, quien curiosamente prefería buscar la reelección en su estado que ir por la Presidencia.
Por meses, el Senador de Tennessee, Estes Kefauver (destacado por su lucha contra el crimen organizado y la corrupción, imperante en el gobierno federal en turno), estuvo al frente de las preferencias. Sin embargo, en la Convención Nacional de Chicago los delegados fueron obligados a votar por el mandatario de Illinois, quien eventualmente perdió ante Dwight Eisenhower.
Al sur de la frontera, el Partido de la Revolución Democrática parece seguir la misma suerte.
Tras el proceso interno para seleccionar a su nuevo líder nacional, es hora que los perredistas y los mexicanos desconocemos quién ocupará el sitio de Leonel Cota Montaño.
Jesús Ortega, quien representa el ala moderada de la izquierda mexicana (esa que tanto ansiamos muchos mexicanos), estaba arriba en el Programa de Resultados Preliminares, hasta que se cerró, como ocurrió en la elección federal del 2 de julio del 2006.
Luego vino el conteo que lo mantuvo por encima de Alejandro Encinas, delfin de Andrés Manuel López Obrador, hasta casi el final.
Esto parece ser también un déjà vu, con un AMLO actuando igual que Vicente Fox, empujando lo más posible para hacer de su candidato el triunfador, señalamientos de fraude por doquier y el llamado al voto por voto, casilla por casilla, al que los encinistas dicen sí, pero de manera parcial y selectiva.
Hace algunas semanas, en este mismo espacio documentamos el fraude cometido por el equipo de Clinton en Nevada, donde Obama presentó un recurso ante las autoridades del Comité Estatal Demócrata, exponiendo diversas anomalías en el proceso electoral interno.
En las elecciones internas del PRD se dio el retraso en la apertura de casillas, el mapachismo y hasta la compra de votos.
En una palabra, se hizo todo lo posible con tal de hacerse de las riendas del partido y los millonarios recursos que llegan vía prerrogativas, que no son otra cosa que impuestos a las ventas y la gasolina que entre los mexicanos pagan para mantener a las burocracias federal, estatales, municipales y hasta de los partidos políticos.
En la campaña perredista hubo descalificativos al por mayor, tal y como ocurre en la lucha entre Obama y Clinton.
Nada más cabe recordar el asunto del respaldo del ex candidato y gobernador neomexiquense, Bill Richardson.
Mientras el gobernador hispano anunció su apoyo abierto a Obama, Clinton desestima este respaldo, asegurando que su rival no obtendrá más votos hispanos.
Además, Clinton le ofreció no hace mucho la vicepresidencia a Obama, quien la rechazó por ser el líder en la contienda.
El acuerdo político al que Encinas ha llamado a su oponente, parece ir en el mismo sentido: ofrecer el segundo puesto en importancia dentro del Comité Nacional, a cambio de la victoria.
Obviamente, igual que Obama, Ortega se negó a ello.
La izquierda de ambos países podría quedar rota por la mitad, dejando a otros institutos políticos la oportunidad de seguir en el poder, ahora con mayor fuerza.
A pesar de todos estos inconvenientes, es mil veces preferible dejar manchas en una elección abierta, a que sea un ‘cónclave’ como el de los priístas, o el más puro dedazo calderonista en la eleccion interna del PAN, para elegir al presidente nacional de ambos partidos politicos.
La reforma energética: la mejor evidencia de que el gobierno entreguista de Calderón pretende dejar los energéticos en manos de los Estados Unidos es el texto del Acta de Política Energética que en el 2005 promulgó George W. Bush, la cual contempla la integración energética en Norteamérica.
Rodolfax, El Gris: ya sacó el cobre con el derecho a réplica que exigió con su soberbio estilo al reportero de Zeta, estimado colega y mejor amigo, Sergio Haro. Al Alcalde del ‘Gobierno de Mexicali’ de verdad le hace mucha falta una cápsula de Viagra político, ante la ‘disfunción pública’ que sufre.
El ‘gabinetazo’ de Samuel Ramos: El Comité Estatal del PRI en Baja California se convirtió esta semana, con los nuevos nombramientos, en una fábrica de empleos para personas de la tercera edad. La Gerontocracia del XVIII Ayuntamiento nada más cambió sus tiliches a unas cuadras del Palacio Municipal, debido a que el Pequeño Gran ex Rey Municipal se llevó al Club del Viagra a despachar a López Mateos.