
Recuerdo aquella calurosa tarde del 18 de octubre del 2003.
Los reporteros nos preparábamos con cámaras, plumas, baterías, libretas, todo para apuntar cuanta anécdota pudiéramos recopilar.
Fue en esa fecha cuando el hoy extinto cantante Luciano Pavarotti participó como el platillo principal del evento ‘La Noche del Sol’.
El fallecido tenor habría de encantar a unas 40 mil personas con su ya deteriorada voz en la cereza del pastel del Centenario de Mexicali.
En esa época, Jaime Díaz, el alcalde cantor, gobernaba la capital bajacaliforniana.
Por la tarde, se convocó a una conferencia de prensa para presentar al cantante italiano.
Días y horas antes, todo era cuestionamientos.
Se dudaba bastante que el tenor participaría en el concierto, con el cual se cerraba oficialmente todo un año de festejos por los primeros cien años de este municipio.
Semanas antes del grandioso concierto, el mismo tenor se negó a participar en un evento debido a su delicado estado de salud.
Por eso, muchos temían que el concierto de La Salada no se llevaría a cabo.
Todo era nerviosismo la tarde de aquel sábado dentro del Hotel Crowne Plaza.
Decenas de mexicalenses, incluidos los reporteros, aguardábamos a la llegada o no del tenor.
Las puertas del salón principal se abrieron y a paso lento arribó el cantante italiano.
Los ojos de muchos de los presentes se abrieron de par en par, al igual que las palmas de sus manos, para luego dar paso a una cascada de aplausos.
Finalmente, Pavarotti estaba en la ciudad para cantarle a los cachanillas el “Automóbile”.
En la conferencia de prensa se le vio bastante bien. Un poco cansado quizá, pero listo para que su voz se escuchara por todos los alrededores del Cerro de El Centinela.
El concierto se logró gracias al trabajo de muchos cachanillas y principalmente una empresa dedicada a la construcción de vivienda, la cual estaba obligada a participar en eventos culturales a fin de tener acceso al mercado nacional de valores.
Llegar al sitio donde se realizaría el concierto fue una verdadera hazaña para quienes asistimos.
Afortunadamente, los reporteros acudimos ayudados por el transporte que se nos facilitó.
Pero el resto de los asistentes tuvieron que sufrir de verdad para llegar. Incluso también para salir del lugar una vez terminado el concierto.
La voz del tenor retumbó por todos lados. Aunque hubo sus incidentes: el mismo Pavarotti admitió que no se sentía bien, pero que a pesar de ello, continuaría halagando a los presentes, quienes cerraron el evento con un enorme aplauso en reconocimiento al esfuerzo del cantante.
Si bien este fue el gran evento que coronó los 12 meses de esfuerzo para celebrar el centenario de Mexicali, no fue el único.
Hubo además la creación del taco más grande del mundo, que en realidad se veía como una gran tostada. Como en botica, el centenario tuvo de todo: cultura, deporte, sociedad, y una gran variedad de etcéteras.
El año anterior, el Condado de Imperial celebró su propio centenario.
Los eventos fueron mucho menores a los de la vecina Mexicali.
Apenas si se realizó una cena de gala, a la que no asistió ni el Gobernador del Estado, Arnold Schwarzenegger, y mucho menos el Presidente, George W. Bush.
Tampoco se presentaron libros sobre la historia del condado, fundado gracias a la separación del Condado de San Diego en 1907, tras el voto de los ciudadanos de aquel entonces.
La Junta de Supervisores, equivalente directo de los cabildos mexicanos, nombró un comité puramente anglosajón. Fue tras las denuncias expuestas por varios medios de comunicación que las autoridades reconocieron y enmendaron el error; sin embargo, la celebración pasó casi desapercibida por la población.
En este 2008, tocó el turno para las ciudades de Caléxico y El Centro.
La tónica fue la misma: unos cuantos eventos sumamente sencillos y hasta desabridos.
En la ciudad fronteriza, las calles del centro de la ciudad se cerraron el lunes para hacer un pequeño desfile que culminó con un juego de luces.
En El Centro, el sábado 19 se hará algo similar, pero el final será un concierto con la rockera Joan Jett.
Claro que el Valle Imperial no es Mexicali, tanto en términos poblacionales como económicos, pero la comparación entre los respectivos centenarios no tienen comparación.
A pesar de lo mucho que se le pudiese criticar al ahora Senador de la República, el trabajo encabezado por Díaz Ochoa, hasta ahora, no lo ha podido superar gobierno alguno.
Los reporteros nos preparábamos con cámaras, plumas, baterías, libretas, todo para apuntar cuanta anécdota pudiéramos recopilar.
Fue en esa fecha cuando el hoy extinto cantante Luciano Pavarotti participó como el platillo principal del evento ‘La Noche del Sol’.
El fallecido tenor habría de encantar a unas 40 mil personas con su ya deteriorada voz en la cereza del pastel del Centenario de Mexicali.
En esa época, Jaime Díaz, el alcalde cantor, gobernaba la capital bajacaliforniana.
Por la tarde, se convocó a una conferencia de prensa para presentar al cantante italiano.
Días y horas antes, todo era cuestionamientos.
Se dudaba bastante que el tenor participaría en el concierto, con el cual se cerraba oficialmente todo un año de festejos por los primeros cien años de este municipio.
Semanas antes del grandioso concierto, el mismo tenor se negó a participar en un evento debido a su delicado estado de salud.
Por eso, muchos temían que el concierto de La Salada no se llevaría a cabo.
Todo era nerviosismo la tarde de aquel sábado dentro del Hotel Crowne Plaza.
Decenas de mexicalenses, incluidos los reporteros, aguardábamos a la llegada o no del tenor.
Las puertas del salón principal se abrieron y a paso lento arribó el cantante italiano.
Los ojos de muchos de los presentes se abrieron de par en par, al igual que las palmas de sus manos, para luego dar paso a una cascada de aplausos.
Finalmente, Pavarotti estaba en la ciudad para cantarle a los cachanillas el “Automóbile”.
En la conferencia de prensa se le vio bastante bien. Un poco cansado quizá, pero listo para que su voz se escuchara por todos los alrededores del Cerro de El Centinela.
El concierto se logró gracias al trabajo de muchos cachanillas y principalmente una empresa dedicada a la construcción de vivienda, la cual estaba obligada a participar en eventos culturales a fin de tener acceso al mercado nacional de valores.
Llegar al sitio donde se realizaría el concierto fue una verdadera hazaña para quienes asistimos.
Afortunadamente, los reporteros acudimos ayudados por el transporte que se nos facilitó.
Pero el resto de los asistentes tuvieron que sufrir de verdad para llegar. Incluso también para salir del lugar una vez terminado el concierto.
La voz del tenor retumbó por todos lados. Aunque hubo sus incidentes: el mismo Pavarotti admitió que no se sentía bien, pero que a pesar de ello, continuaría halagando a los presentes, quienes cerraron el evento con un enorme aplauso en reconocimiento al esfuerzo del cantante.
Si bien este fue el gran evento que coronó los 12 meses de esfuerzo para celebrar el centenario de Mexicali, no fue el único.
Hubo además la creación del taco más grande del mundo, que en realidad se veía como una gran tostada. Como en botica, el centenario tuvo de todo: cultura, deporte, sociedad, y una gran variedad de etcéteras.
El año anterior, el Condado de Imperial celebró su propio centenario.
Los eventos fueron mucho menores a los de la vecina Mexicali.
Apenas si se realizó una cena de gala, a la que no asistió ni el Gobernador del Estado, Arnold Schwarzenegger, y mucho menos el Presidente, George W. Bush.
Tampoco se presentaron libros sobre la historia del condado, fundado gracias a la separación del Condado de San Diego en 1907, tras el voto de los ciudadanos de aquel entonces.
La Junta de Supervisores, equivalente directo de los cabildos mexicanos, nombró un comité puramente anglosajón. Fue tras las denuncias expuestas por varios medios de comunicación que las autoridades reconocieron y enmendaron el error; sin embargo, la celebración pasó casi desapercibida por la población.
En este 2008, tocó el turno para las ciudades de Caléxico y El Centro.
La tónica fue la misma: unos cuantos eventos sumamente sencillos y hasta desabridos.
En la ciudad fronteriza, las calles del centro de la ciudad se cerraron el lunes para hacer un pequeño desfile que culminó con un juego de luces.
En El Centro, el sábado 19 se hará algo similar, pero el final será un concierto con la rockera Joan Jett.
Claro que el Valle Imperial no es Mexicali, tanto en términos poblacionales como económicos, pero la comparación entre los respectivos centenarios no tienen comparación.
A pesar de lo mucho que se le pudiese criticar al ahora Senador de la República, el trabajo encabezado por Díaz Ochoa, hasta ahora, no lo ha podido superar gobierno alguno.