Thursday, September 25, 2008

Peligro latente


Era 10 de enero. Año, 2005. Manuel Ariza González, de 43 años de edad, de los cuales 17 los desempeñó en las prisiones de California, cayó abatido luego de que un interno del Salón Sycamore de la Institución Californiana para Hombres en Chino lo hirió con una ‘punta’.
Luego de que los reos se amotinaran, éstos designaron a uno de los suyos como su portavoz para negociar con las autoridades. Los internos estaban quejándose por varios problemas que se habían presentado en la prisión.
Mientras se realizaban las negociaciones, el vocero de los internos tomó al veterano oficial y lo atacó.
Por las heridas que recibió, González fue trasladado a un hospital de la región, pero falleció en el trayecto.
El reo, quien pertenecía a una pandilla, fue enviado a otra cárcel y acusado de asesinato capital. Otros dos internos fueron transferidos de Chino para aplacar el movimiento.
Aunque este ha sido el más reciente ataque mortal contra un oficial de correcciones, los asaltos contra éstos no han terminado.
El pasado 27 de febrero, en la Prisión de Centinela (cerca de Seeley), un oficial fue golpeado en la cabeza mientras intentaba sofocar una riña entre reos.
A principios del mismo mes, un reo golpeó a un oficial en la quijada y la cara por negarse a dejar una taza de café al salir de una sala de dicha cárcel. Otros dos internos se sumaron al ataque. Tuvieron que intervenir el Sargento en turno y otros agentes. Al final, cuatro agentes resultaron heridos en diversas partes del cuerpo. Los reos fueron enviados a la Unidad de Segregación Administrativa.
El 10 de abril, en esta misma prisión, otros tres reos atacaron a un compañero suyo con arma punzocortante.
De acuerdo a las estadísticas, desde 1952 han resultado muertos 20 empleados de correcciones, de los cuales 17 eran custodios (del total, 15 perdieron la vida por armas punzo cortantes y solo dos por arma de fuego). Esto equivale a un custodio muerto cada tres años.
En el tema de la seguridad de las prisiones hay más.
De acuerdo a un reporte oficial de septiembre del año pasado, en el 2006 se reportaron 9 mil casos de golpes a internos, un aumento en comparación con el 2005.
En el mismo periodo se dio una reducción de 17 a 14 reos muertos a manos de sus compañeros de celdas.
En total, en 2006 se reportaron 14 mil 490 “incidentes” –o casos de violencia y hallazgo de artículos prohibidos-, lo que representa aumento constante desde el 2000.
Los golpes son los casos más frecuentes, aunque también se dieron unos mil incidentes en los que los custodios encontraron drogas.
El documento muestra que hubo en 2006 un total de mil 869 reos heridos con arma punzocortante, un índice de 0.26 por cada 100 internos.
Por otra parte, en 2007 se reportó el escape de 10 reos: 4 de campos para adultos y 6 de instituciones para adultos, así como otros 23 de programas comunitarios para adultos (estos últimos llegaron a ser mil 409 en 1992, a pesar de que el número de reos en estos ha crecido de manera constante).
Para fortuna de la sociedad, el 99 por ciento de los reos que huyeron de prisión entre 1977 y 2006 fueron reaprehendidos (de hecho, el índice de escape es de 0.01 desde 2004).
Lo curioso es que, sin importar la situación, cada año la agencia recibe 130 mil solicitudes de empleo, ante los excelentes sueldos contra los requisitos que exigen: diploma de preparatoria.
Por ello, la Oficina de Análisis Legislativo indicó que no es necesario aumentar más allá del 5 por ciento los salarios, como lo ofrece el gobierno estatal (y ante el rompimiento entre el sindicato y el Ejecutivo, los oficiales buscan ahora destituir al gobernador).
El gran problema para las autoridades californianas es la sobrepoblación carcelaria.
El Sistema de Correcciones y Rehabilitación de California cuenta con 33 prisiones para adultos, 40 campos de custodia mínima (donde los internos son capacitados como bomberos), 12 instalaciones correccionales y otras 5 para prisioneras femeniles que tienen hijos.
En las Prisiones para Adultos hay 149 mil internos, pero su capacidad es de 78 mil, por lo que la sobrepoblación es del 190 por ciento.
En los sitios para recluir a mujeres adultas, éstas son en total 10 mil 841, pero sólo tiene espacio para 5 mil 340. La sobrepoblación es del 203 por ciento. Igual están el resto de los centros de readaptación.
Los criminales a cargo del estado son 318 mil, de los cuales 170 mil están en prisión (el 93 por ciento son hombres, casi el 39 por ciento son hispanos, 23 mil cumplen cadena perpetua y la sentencia promedio es de casi cuatro años).
A pesar de tener un presupuesto anual de 9 mil 700 millones de dólares –cada reo cuesta al estado 35 mil 587 dólares-, éste apenas si alcanza para mantener el sistema y sus 63 mil empleados.
El 57 por ciento de los reos que han sido colocados en los últimos cuatro años en programas de libertad condicional han reincidido en la comisión de un delito.
Ante la situación, el Gobernador, Arnold Schwarzenegger, propuso a la Legislatura un proyecto de reforma del Sistema, que consistía en su parte principal la construcción de 8 mil 600 espacios, 10 mil camas de hospital y 3 mil para reincidentes en los próximos años.
Luego de un toma y daca político, en mayo del 2005 se promulgó la ley que creó el Departamento de Correcciones y Rehabilitación.
La idea es contar con un plan de infraestuctura a largo plazo que tenga objetivos claros a cumplirse en la próxima década.
Una de sus primeras medidas fue colocar dispositivos de localización satelital en algunos reos que quedaron en libertad condicional.
En el camino se atravesó la crisis actual. El Gobernador anunció la intención de dejar en libertad a varios miles de reos que cumplen condenas por delitos menores e infracciones, ante el problema presupuestal.
Los Republicanos se opusieron y la sociedad reaccionó en contra, por lo cual el plan se vino abajo.
En julio pasado, la Junta de Vigilancia a la Rehabilitación de California señaló la necesidad de más información y mostró su preocupación por la falta de coordinación con otras agencias, a pesar de lo logros obtenidos.
Sin embargo, contra todos los pronósticos, en California no se ha dado en bastante tiempo algo similar a lo ocurrido en Tijuana la semana anterior.

Recomendación…
Al ahora Maestro en Periodismo, José Guadalupe Osuna Millán, quien además cobra como Gobernador de Baja California, un consejo para evitar que los reporteros le busquen chichis a las gallinas: ¡Dalai!