Thursday, December 11, 2008

Eliot Ness reloaded


El próximo 22 de diciembre cumplirá 48 años. Nació en el seno de una familia irlandesa. Católica, obviamente.
Apenas en junio pasado contrajo nupcias por segunda ocasión con Jennifer Letzkus.
Estudió la licenciatura en economía y matemáticas. También cuenta con un doctorado en Derecho por la Escuela de Leyes de Harvard, igual que el Presidente electo, Barack Obama.
Toda su vida la pasó en Nueva York, su tierra natal.
Por eso causó extrañeza cuando fue asignado a la Fiscalía Federal para el Distrito Norte de Illinois, justo 10 días antes del derrumbe de las Torres Gemelas.
Sus logros, la pasión que le imprime a su trabajo y la dedicación de llegar hasta el fondo de las cosas, han permitido que no pocos lo comparen con Eliot Ness, aquél policía incorruptible de Chicago que combatió a sangre y fuego a la mafia local que producía y comerciaba el entonces prohibido alcohol.
En su ciudad natal, Patrick Fitzgerald logró el arresto del traficante local, John Gambino, miembro de la mafia italiana y de la familia que lleva su apellido.
En tiempos de Bill Clinton, se convirtió en el investigador a cargo de la acusación de Sheikh Omar Abdel Rahman y otros 11 cómplices, autores del bombazo al World Trade Center.
Unos años después también indagó a Osama bin Laden y los atentados contra las embajadas americanas en Kenya y Tanzania.
Una vez en la Ciudad del Viento, se percató del alto grado de corrupción que había en casi cada oficina de gobierno.
Por ello, se dedicó a descubrir y enviar a juicio a cuanto político deshonesto encontró.
El primero en su lista fue el ex Secretario de Estado y ex Gobernador de Illinois, George Ryan, por la ‘venta’ de permisos comerciales a choferes que no cumplían con los requisitos establecidos en la ley, a cambio de lujosos regalos, dinero y vacaciones para sí mismo y su familia.
En 1998 inició el Operativo Camino Seguro, que concluyó con el enjuiciamiento del ex mandatario el 17 de diciembre del 2003. En abril del 2006, Ryan se declaró culpable y fue sentenciado a 6 y medio años de prisión.
En 2002, Ryan tuvo la oportunidad de buscar la reelección, pero optó por desecharla. Ese año, el Partido Republicano perdió la gubernatura que ostentaba desde hacía tres décadas.
Fitzgerald luego se fue contra el cabildero y asesor principal del Vicepresidente Dick Cheney, Lewis ‘Scott’ Libby, por la filtración del nombre de la agente de la CIA, Valerie Palme.
Entre sus ‘trofeos’ destaca también Lord Conrad Black, Conde de Crossharbour, dueño de un corporativo mediático internacional y del Chicago Sun Times, quien se vio obligado a renunciar a la presidencia de Hollinger International.
En julio del 2006, la fiscalía federal acusó a cuatro altos funcionarios de la Alcaldía de Chicago, cercanos al primer edil, Richard Daley.
Ante el escándalo de Ryan, Rod Blagojevich logró el triunfo en las elecciones del 5 de noviembre del 2002, con una plataforma política que prometía la limpieza y la reforma del gobierno estatal.
En su discurso de victoria, el Demócrata indicó: “esta noche, damas y caballeros, Illinois votó por el cambio”.
Pero Fitzgerald, a sabiendas de cómo opera la clase política, empezó a investigar a Blagojevich desde el 2003, quien a pesar de los rumores de corrupción y de sus alianzas con ex convictos, retuvo la gubernatura hace un par de años.
El fiscal federal solicitó y obtuvo permiso judicial para intervenir las llamadas del mandatario estatal.
Sus agentes escucharon las conversaciones del gobernador y sus colaboradores desde el 22 de octubre, tanto en su comité de campaña como en su oficina ejecutiva.
Debido a que la Constitución local le permite ser el único en nominar al sucesor de Obama en la senaduría federal, Blagojevich conspiró para vender al mejor postor el escaño que dejara vacante el Presidente electo.
Entre sus opciones estaba la de asignar el puesto al Candidato 5, hoy identificado como el Congresista federal, Jesse Jackson Jr., hijo del activista de derechos civiles, quien salió a negar todo nexo con el mandatario.
A cambio, Balgojevich esperaba recibir fondos para su campaña política.
Los agentes federales supieron por las conversaciones grabadas del 7 de noviembre que el gobernador estaba prácticamente en la quiebra, por lo que buscaba su seguridad financiera.
El “quiero hacer dinero” se traducía a recibir ingresos entre 250 mil y 300 mil dólares al año.
“Pagaremos para jugar”, dijo un representante del aspirante senatorial el 31 de octubre.
El 10 de noviembre, el equipo del gobernador expresó en una larga conversación que uno de los candidatos estaba “muy relacionado” con Obama, quien además de desligarse del Ejecutivo, le exigió su renuncia al cargo.
Blagojevich pretendía recibir un ‘enganche’ de su seleccionado.
Otra de las opciones era nominar a otro aspirante, cercano al Sindicato Internacional de Trabajadores del Estado (SEIU), para luego encabezar un organismo ‘Cambio para Ganar’ y recibir favores del presidente Obama.
En realidad, el mandatario deseaba la selección del llamado Candidato 1, pero ofreció solamente “darle un agradecimiento” verbal a Blagojevich, quien además pretendía un puesto para su esposa en diversas juntas corporativas que le pagaran 150 mil dólares anuales.
Blagojevich confiaba en convertirse en Secretario de Salud, de Energía o Embajador en el gabinete entrante, para de ahí saltar a una posible candidatura presidencial en 2016, pero luego desistió por su pésima imagen.
La tercera alternativa era nominarse a sí mismo, para de esta forma evadir el proceso de destitución que preparaba la Legislatura local y ante la frustración que sentía siendo gobernador.
El 5 de diciembre, el diario Chicago Tribune relató a sus lectores que el mandatario era grabado como parte de una investigación criminal.
Ante el panorama, el equipo del mandatario deshizo todos los acuerdos y empezaron a canalizar el dinero fuera del comité de campaña y hacia el abogado penal de Blagojevich.
Esto no fue todo: los fiscales federales escucharon que el grupo del mandatario recaudó 2.5 millones de dólares desde octubre de entre varios contratistas del gobierno estatal.
La intención era hacerse del mayor número de recursos posible antes de que entrara en vigor una nueva ley que impide a los contratistas de obras o servicios por 50 mil dólares o más hacer donativos de campañas políticas.
En el tintero se quedó la asignación de un par de contratos para edificar una importante carretera y el Hospital Memorial Infantil de Chicago.
Finalmente, el gobernador trató de hacer que despidieran a varios integrantes del cuerpo editorial del Tribune, particularmente al subeditor de la página editorial, John McCormick.
Por esta medida, el corporativo mediático recibiría apoyo para la venta de los Cachorros de Chicago y del Campo Wrigley de parte de la Autoridad Financiera de Illinois.
Toda esta información llevó al Eliot Ness del siglo 21 a catear las oficinas del comité de campaña y de la gubernatura, así como a integrar un expediente de 76 páginas contra el gobernador Demócrata de 51 años y su Jefe de Gabinete, John Harris, de 46, quienes fueron arrestados por el FBI.
Antoin Rezko, recaudador de fondos del gobernador y del mismo Obama, fue indiciado en junio por fraude y corrupción.
Ahora, Blagojevich enfrenta un posible proceso de destitución por parte de la Legislatura, que también analiza convocar a una elección especial para nombrar al sucesor de Obama y quitarle el poder de decisión al gobernador.
Varios senadores, incluido el Vicepresidente de la Cámara Alta, Harry Reid, ya le pidieron la renuncia y que no nombre al sucesor del Presidente electo bajo circunstancia alguna.
Me imagino que, en caso de que algún día en México se llegara al arresto y acusación formal de un gobernador en activo, los periódicos iban a hacer buenas ventas.
“Arrestan federales al gobernador”, sería, más o menos, el titular en la prensa escrita. Y claro, acompañados por declaraciones de la oposición echándole más leña al fuego y el partido gobernante tratando de defender lo indefendible.
Pero ese día, seguramente, llegará dentro de muchos años.

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