Turismo sexual

Cuando en diciembre del 2006 fue detenido, Corey Davis llevaba en la muñeca un lujoso reloj valuado en 91 mil dólares. En los bolsillos, tenía 30 mil dólares en efectivo. Iba a bordo de un Mercedes Benz último modelo, uno de los varios automóviles de su colección personal.
Bien pudo parecer a primera vista un exitoso empresario o artista de Hollywood.
Hace algunas semanas, Davis fue sentenciado por una corte federal de Connecticut a más de 24 años de prisión, vigilancia de por vida y 200 mil dólares de multa.
Su crimen fue ser líder de una organización dedicada al tráfico sexual en tres estados y que llegó a contratar, cuando menos, a una menor de edad en el mercado de las bajas pasiones.
Según documentos oficiales, el sentenciado se declaró culpable en marzo pasado de dirigir una organización que traficaba prostitutas.
En su declaración, Davis admitió haber contratado a una menor de 18 años, un jugoso ‘producto’ para sus clientes.
Para reclutarlas, el acusado les prometía a las jovencitas contratos de modelaje y un estilo de vida glamoroso. Luego de su contratación, eran enviadas a prostíbulos de Connecticut, Nueva York y Nueva Jersey.
Al cerrar los establecimientos, las mujeres debían caminar en las calles para buscar clientes, en algunas ocasiones hasta las 5 de la madrugada. A las rebeldes, sencillamente las ‘acariciaba’ a golpes para obligarlas a trabajar. Y es que cada una le generaba hasta 5 mil dólares por noche.
Otro caso fue el de Raymond Roy, residente de San Juan Capistrano, quien fue el sexto arrestado de un grupo de catorce personas de Pensacola, Florida, quienes integraban una organización de tráfico de pornografía infantil mundial.
El detenido se declaró culpable de cinco cargos de explotación de menores.
Durante dos años, Roy se dedicó a transmitir vía internet unos 400 mil fotografías y vídeos en las que participaban niños y pubertos, algunos en actitud de sadismo.
El contenido era encriptado con tecnología de punta para evitar a las autoridades. A final de cuentas, los agentes federales lograron penetrar la organización a fin de desmantelarla.
Roy enfrenta una posible sentencia de cuando menos 20 años de prisión y multas altísimas. Su sentencia será dictada el 10 de marzo próximo.
Richard Hendryx, de 78 años de edad y residente de Morristown, Arizona, también se declaró culpable de comercio de niños para realizar actos sexuales en el extranjero.
El sospechoso intentó viajar a México el pasado mes de abril a fin de tener sexo oral con dos varones menores de 12 años de edad, de acuerdo al Departamento de Justicia.
Para lograr su cometido, Hendryx envió correos electrónicos a personas encargadas de arreglar su viaje, pero en realidad estaba dando información a policías encubiertos. Por este delito, el sospechoso podría pasar hasta 30 años en prisión.
Estos logros se alcanzaron gracias al Proyecto Infancia Segura, creado en 2006 con el objetivo de enfrentar a los criminales dedicados a la explotación sexual infantil.
Los cuerpos encargados de combatir a estos delincuentes lo forman elementos de múltiples corporaciones, en coordinación con organismos civiles de defensa de la infancia.
Desde la aprobación del Acta de Protección a Víctimas de Tráfico Humano en el 2000, el número de personas que han sido enviadas a la cárcel ha aumentado en 455 por ciento, y el de personas consignadas y sentenciadas subió 581 por ciento.
Tan sólo en 2007, se presentaron 2 mil 118 acusaciones contra 2 mil 218 personas, un 27.8 por ciento más que en 2006.
Se espera que las cifras para el 2008 rebasen a las del año anterior.
Las autoridades también han logrado salvar a mil 661 víctimas de crímenes de pornografía infantil.
Unas 7 mil personas han sido descubiertas en la producción y distribución de material de este tipo, muchos de los cuales residen en los Estados Unidos.
En 1998, ante la amenaza del internet para la seguridad de los menores estadounidenses, fue creado el programa de Crímenes por Internet Contra la Infancia, que hoy cuenta con 59 cuerpos policíacos en todo el País.
Estos agentes penetran páginas y computadoras por doquier. Gracias a su labor y el medio millón de quejas que la ciudadanía ha presentado, casi 11 mil personas han sido arrestadas.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo, este tipo de delitos no ha sido erradicado.
Lo peor es que altos funcionarios de gobierno están promoviendo la pornografía infantil con la adquisición del material.
Tal es el caso de Wade Rowland Sanders, de 67 años de edad, quien hace unos días se declaró culpable del delito de posesión de pornografía infantil.
De acuerdo a las autoridades, el sospechoso fue descubierto el 2 de mayo pasado en posesión de unas 600 imágenes y un vídeo de 21 minutos de mujeres menores de edad en actividades sexuales.
El detenido podría pasar hasta 10 años de cárcel y deberá pagar 250 mil dólares de multa.
Se espera que la sentencia de Sanders la dé a conocer el Juez federal Thomas Whelan el próximo 30 de marzo en San Diego, pero de lo que no cabe duda es que pasará muchos años en prisión.
Algo más que será obvio es el hecho de que no podrá colgar del traje de reo las Estrellas de Plata y Bronce, así como el Corazón Púrpura que ganó en la Guerra de Vietnam.
Tampoco recibirá visitas de los miembros de la Barra de Abogados de California, en la cual fue sumamente activo.
Menos acudirá a verlo el ex Presidente, Bill Clinton, quien en su mandato lo nombró Subsecretario Alterno de la Fuerza Naval.
Y descarte por completo un posible encuentro en la cárcel con el Vicegobernador de California, John Garamendi, a quien asesoraba en temas de veteranos y asuntos militares, menos ahora que el segundo hombre del gabinete estatal busca convertirse en sucesor de Arnold Alois Schwarzenegger.