
Sus padres llegaron hace varias décadas a este país, casi igual que muchos otros, con muchos sueños y poco dinero.
Laboraron en donde pudieron colocarse: los campos agrícolas.
Incluso, el mismo Abel Maldonado se dedicó en su infancia a cosechar fresas.
Con el tiempo y bastante esfuerzo, logró graduarse de la Preparatoria Santa María y del Politécnico de California de la Universidad Estatal de California en San Luis Obispo, en ciencias agrícolas.
Junto a su familia, siguió con la pequeña granja en la que sembraban las fresas. Hoy, el rancho de los Maldonado mide más de 6 mil acres y da empleo a unas 250 personas.
A principios de los noventas, la familia solicitó formalmente construir una instalación de enfriamiento de 35 mil pies cuadrados.
Desilusionado con la pésima atención de las autoridades, decidió en 1994 buscar un puesto en el Cabildo de Santa María.
A la edad de 26 años se convirtió en uno de los representantes popupares más jóvenes de la entidad.
Dos años después se postuló y ganó la alcaldía.
En 1998, Maldonado volvió otra vez a las campañas políticas, pero esta vez, de mayores vuelos.
En noviembre de ese año, los ciudadanos lo eligieron como Asambleísta Estatal por el Partido Republicano, convirtiéndose en uno de los pocos latinos que destacan en dicha institución política.
De hecho, tres de cada cinco votantes en el distrito 33 sufragaron por la nueva cara del Partido Republicano.
La organización fiscalmente conservadora, Americanos para la Reforma Fiscal, lo nombraron Héroe de los Contribuyentes.
Los límites legislativos le impidieron en 2004 postularse de nueva cuenta al cargo, pero no le prohibieron buscar una curul en el Senado Estatal, a la cual llegó en las elecciones generales, derrotando con facilidad a su rival Demócrata.
En 2006, la suerte política ya no volvió a sonreirle, pues no logró vencer en las primarias de su partido a Tony Strickland, quien en las generales salió derrotado ante el Demócrata y actual Contralor, John Chiang.
Este año, el joven Senador se vió otra vez en una disyuntiva.
En 2007, cuando en la Legislatura se vivió una situación controvertida porque no podían ponerse de acuerdo para aprobar el presupuesto.
Luego de casi dos meses, los Legisladores lograron adoptar un plan presupuestal, gracias al voto de Maldonado.
El pasado jueves 19 de febrero, el Senador repitió su voto a favor del proyecto de presupuesto para cerrar el déficit de 42 mil millones de dólares, el cual esperan solucionar con una combinación de aumento de impuestos, recorte de gastos, préstamos y el paquete de ayuda federal.
Pero esta vez, la historia es bastante diferente, debido precisamente al alza de tarifas e impuestos que establece el plan estatal.
“Mis amigos, este puede ser el final (político) para mí. Esto garantiza que no es el final para California”, argumentó el legislador.
Este año, además, Maldonado denunció la intención de comprar casi 1 millón de dólares en mobiliario diverso por parte del Contralor, a pesar de la situación deficitaria y financiera del estado.
La propuesta de presupuesto oficial contempla, gracias a las críticas y denuncias de Maldonado, el recortar de la lista de gastos la serie de artículos que Chiang esperaba adquirir.
Con el voto del legislador, muy seguramente sus representados –quienes residen en un distrito sumamente dividido políticamente-, se negarán a volver a confiar en Maldonado.
La verdad, sería una lástima no solamente para el Senador, sino para su propio partido y para el estado entero.
Maldonado es el único miembro Republicano del Senado de origen latino.
Con el historial racista y discriminatorio que los sectores de la ultra-derecha Republicana le han imprimido a la retórica, filosofía y acciones de este instituto político, sería sumamente lamentable perder uno de los pocos rostros latinos que los conservadores tienen entre sus altas filas.
En este sentido, los Demócratas les llevan amplia ventaja, pues la superioridad numérica de sus legisladores hispanos es enorme.
Precisamente es por esto que los ciudadanos confían más en los liberales que en los conservadores a la hora de sufragar en las urnas.
El futuro de Maldonado, de quien se dice podría buscar la candidatura Republicana al gobierno estatal, dependerá precisamente de los ciudadanos moderados de California, quienes regularmente optan por personas más cercanas al centro del espectro político, precisamente como el Senador.
Laboraron en donde pudieron colocarse: los campos agrícolas.
Incluso, el mismo Abel Maldonado se dedicó en su infancia a cosechar fresas.
Con el tiempo y bastante esfuerzo, logró graduarse de la Preparatoria Santa María y del Politécnico de California de la Universidad Estatal de California en San Luis Obispo, en ciencias agrícolas.
Junto a su familia, siguió con la pequeña granja en la que sembraban las fresas. Hoy, el rancho de los Maldonado mide más de 6 mil acres y da empleo a unas 250 personas.
A principios de los noventas, la familia solicitó formalmente construir una instalación de enfriamiento de 35 mil pies cuadrados.
Desilusionado con la pésima atención de las autoridades, decidió en 1994 buscar un puesto en el Cabildo de Santa María.
A la edad de 26 años se convirtió en uno de los representantes popupares más jóvenes de la entidad.
Dos años después se postuló y ganó la alcaldía.
En 1998, Maldonado volvió otra vez a las campañas políticas, pero esta vez, de mayores vuelos.
En noviembre de ese año, los ciudadanos lo eligieron como Asambleísta Estatal por el Partido Republicano, convirtiéndose en uno de los pocos latinos que destacan en dicha institución política.
De hecho, tres de cada cinco votantes en el distrito 33 sufragaron por la nueva cara del Partido Republicano.
La organización fiscalmente conservadora, Americanos para la Reforma Fiscal, lo nombraron Héroe de los Contribuyentes.
Los límites legislativos le impidieron en 2004 postularse de nueva cuenta al cargo, pero no le prohibieron buscar una curul en el Senado Estatal, a la cual llegó en las elecciones generales, derrotando con facilidad a su rival Demócrata.
En 2006, la suerte política ya no volvió a sonreirle, pues no logró vencer en las primarias de su partido a Tony Strickland, quien en las generales salió derrotado ante el Demócrata y actual Contralor, John Chiang.
Este año, el joven Senador se vió otra vez en una disyuntiva.
En 2007, cuando en la Legislatura se vivió una situación controvertida porque no podían ponerse de acuerdo para aprobar el presupuesto.
Luego de casi dos meses, los Legisladores lograron adoptar un plan presupuestal, gracias al voto de Maldonado.
El pasado jueves 19 de febrero, el Senador repitió su voto a favor del proyecto de presupuesto para cerrar el déficit de 42 mil millones de dólares, el cual esperan solucionar con una combinación de aumento de impuestos, recorte de gastos, préstamos y el paquete de ayuda federal.
Pero esta vez, la historia es bastante diferente, debido precisamente al alza de tarifas e impuestos que establece el plan estatal.
“Mis amigos, este puede ser el final (político) para mí. Esto garantiza que no es el final para California”, argumentó el legislador.
Este año, además, Maldonado denunció la intención de comprar casi 1 millón de dólares en mobiliario diverso por parte del Contralor, a pesar de la situación deficitaria y financiera del estado.
La propuesta de presupuesto oficial contempla, gracias a las críticas y denuncias de Maldonado, el recortar de la lista de gastos la serie de artículos que Chiang esperaba adquirir.
Con el voto del legislador, muy seguramente sus representados –quienes residen en un distrito sumamente dividido políticamente-, se negarán a volver a confiar en Maldonado.
La verdad, sería una lástima no solamente para el Senador, sino para su propio partido y para el estado entero.
Maldonado es el único miembro Republicano del Senado de origen latino.
Con el historial racista y discriminatorio que los sectores de la ultra-derecha Republicana le han imprimido a la retórica, filosofía y acciones de este instituto político, sería sumamente lamentable perder uno de los pocos rostros latinos que los conservadores tienen entre sus altas filas.
En este sentido, los Demócratas les llevan amplia ventaja, pues la superioridad numérica de sus legisladores hispanos es enorme.
Precisamente es por esto que los ciudadanos confían más en los liberales que en los conservadores a la hora de sufragar en las urnas.
El futuro de Maldonado, de quien se dice podría buscar la candidatura Republicana al gobierno estatal, dependerá precisamente de los ciudadanos moderados de California, quienes regularmente optan por personas más cercanas al centro del espectro político, precisamente como el Senador.
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