No han sido pocos los medios nacionales que han destacado a El Centro, ciudad sede de los poderes del Condado de Imperial, como la capital de la crisis económica nacional.
Esta pequeña municipalidad, ubicada en la esquina sureste de California -la quinta economía del mundo-, ha sido nombrada en artículos de importantes diarios como el New York Times, precisamente por su precaria situación.
Luego de que estos rotativos se dedicaran a mostrar la verdad a sus millones de lectores, los funcionarios locales sencillamente se rasgaron las vestiduras.
La gran mayoría de estos oficiales electos y designados empezaron entonces una contracampaña para sacar de la opinión pública la idea de que estamos bastante mal en este rincón desértico de los Estados Unidos.
Argumentaron que las notas periodísticas tendrán un efecto negativo a la hora de atraer inversiones.
Para ellos, quienes tienen salarios bastante buenos, todo está bien.
Pero nada más hay que echar un vistazo a las cifras para ver con claridad la realidad económica local.
De acuerdo al Sondeo de Comunidades Americanas del Censo de los Estados Unidos, de los casi 164 mil habitantes del Condado de Imperial, el 22.9 por ciento son pobres.
Las estadísticas muestran que 33 mil 730 de estos residentes locales cuenta con pocos estudios, esto es, no concluyeron la preparatoria o ‘high school’, nivel básico de la enseñanza nacional.
El promedio de ingresos por persona en esta región es de apenas 15 mil 840 dólares al año, muy lejos de los niveles estatal y nacional.
Durante el mes de agosto, de las 59 mil personas en capacidad de trabajar, 23 mil 800 estaban desempleadas, que equivale al 28.7 por ciento.
Este porcentaje no se presentaba en la economía local desde hace más de una década.
De hecho, entre agosto del 2008 y el mismo mes de este año, cerca de 3 mil personas han perdido su empleo.
Y para echarle más leña al fuego, la Prensa Asociada dio a conocer su índice de Estrés Económico, que ubica precisamente al Condado de Imperial en primer lugar con 31.83 puntos de 100 posibles.
El estudio toma en consideración tanto el desempleo como el número de casas embargadas que a nivel local supera las 2 mil unidades.
En segundo lugar se ubicó el Condado de Yuma con 27.58 puntos.
De los primeros 20 sitios del reporte, siete condados son de California, cuatro de Michigan, tres de Nevada, dos de Alabama, dos de Carolina del Sur, uno de Arizona y otro de Tennessee.
A estos indicadores habría qué añadir las tasas altísimas de embarazo de adolescentes, deserción escolar entre latinos, porcentaje de menores en situación de pobreza y personas inscritas en los programas de beneficiencia pública, así como los bajos niveles de graduación de alumnos de ‘prepa’ y de aprovechamiento escolar.
Algunos de estos fenómenos no son culpa de las autoridades del condado, cierto.
La situación económica está resintiendo a nivel mundial los efectos de la crisis financiera y la caída de la producción en todo el orbe, que ha golpeado al sector laboral.
Las escuelas, por su parte, son responsabilidad directa de los distritos escolares, cuyas mesas directivas son electas por la ciudadanía respectiva.
Pero a final de cuentas, los supervisores representan y trabajan para la mejora de la sociedad entera, y los resultados, buenos o malos, son su responsabilidad.
Sin embargo, a pesar de la pésima situación en estos y otros aspectos de la vida socio-económica del Condado de Imperial, los funcionarios se autorizaron hace algunos días un aumento salarial de 2.5 por ciento.
Los Supervisores del Condado ganarán ahora 52 mil 346 dólares con 40 centavos al año, muy por encima del salario promedio semanal de 659 dólares, ubicado por la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento Federal del Trabajo.
Los incrementos salariales se hicieron extensivos al Procurador de Distrito y al Auditor-Contralor, quienes ahora acumularán 13 mil 605 y 9 mil 431 dólares mensuales.
Un par de organismos sindicales recibieron también este aumento del 2.5 por ciento.
Si bien las finanzas locales no parecen tan negativas como ocurre a nivel estado, el horno económico como que no está para bollos.
La aparente estabilidad de las arcas del condado se registró gracias al congelamiento de plazas y el uso de los ahorros logrados a lo largo de años de bonanza.
Este incremento salarial parece más un insulto de la clase política local hacia la base trabajadora que, por más que busca, no encuentra empleo.
Además, para los desempleados existe una muy pequeña posibilidad de ubicarse en algún programa de capacitación, ya que los recortes fiscales redujeron también los recursos asignados al entrenamiento laboral.
Ojalá que, en lugar de criticar a sus críticos, los políticos locales tuvieran conciencia y empezaran a desquitar el salario que recién acaban de recibir un empujón que la mayoría ni siquiera puede soñar.
No comments:
Post a Comment