Thursday, November 26, 2009

La voz de la derecha y el derecho a la voz


Aunque vivió su niñez en Idaho, nació en Texas hace 55 años. Es licenciado en economía por la Universidad de Harvard.
En la década de los setentas, trabajó en una estación de radio en Yuma, Arizona. Luego se trasladó a Phoenix y posteriormente a Seattle.
De ahí, gracias a una invitación de Ted Turner, Lou Dobbs fue primero reportero y eventualmente titular del noticiario financiero, Moneyline.
De manera momentánea dejó las filas de CNN en 1999 para volver al año siguiente y empezar el programa que llevaba su nombre.
Quizá por su cercanía con los ricos conservadores del país, su voz empezó a endurecerse, a volverse extremista de la derecha.
Como portavoz del conservadurismo, Dobbs realizó declaraciones disparatadas como que México era enemigo de los Estados Unidos, que los empresarios hispanos aplauden el tráfico de drogas y de personas, cuestionó la nacionalidad de Barack Obama y se atrevió a asegurar que los latinos son una seria amenaza a la salud del país.
Hace algunas semanas, un desconocido atentó con un arma de fuego la casa del mismo presentador de televisión, hecho que lamentaron hasta sus detractores. La balacera vino como consecuencia de la retórica xenófoba y de odio expresados por Dobbs.
La demagogia de sus palabras llevaron a diversas organizaciones, principalmente hispanas, a buscar por todas las vías a censurarlo y destronarlo de la cadena noticiosa.
A cambio, los ejecutivos de CNN lanzaron una serie, reporteada por Soledad O’Brien, sobre la vida de los latinos en Estados Unidos.
El intento de acallar las voces y mejorar la imagen entre la opinión pública fue vano.
Como era de esperarse, CNN no podía darse el lujo de empezar a perder puntos de popularidad entre los más de 40 millones de hispanos en Estados Unidos.
Esto habría ocasionado también una caída del respaldo publicitario.
Obviamente, la cuerda se rompió por lo más delgado y el comentarista tuvo que abandonar las filas de la televisora por cable.
Las partes dijeron que la salida fue por un acuerdo amigable.
A consecuencia de la partida de Dobbs, las organizaciones latinas reaccionaron con muchísimo gusto.
“Victoria”, dijo Andrés Ramírez, coordinador de la Coalición DropDobbs.
“Aceptando la renuncia de Lou Dobbs, puede que CNN finalmente restaure su integridad periodística”, señaló Jim González, presidente de la Coalición de Políticas Latinas.
“Un paso importante para restaurar la imparcialidad, la precisión y el balance en CNN”, consideró Janet Murguía, Presidenta del Concejo Nacional de La Raza, al externar su preocupación por las distorsiones y falsedades del comentarista.
La Asociación Nacional de Periodistas Hispanos, a la cual el mismo Dobbs hizo un importante donativo hace tiempo, criticó el que CNN no haya hecho algo mucho tiempo antes para callar la voz del comentarista.
La misma organización reconoció que el periodismo de opinión juega un papel importante como vigilante y fuente de información en una sociedad democrática, al enfatizar que los editorialistas deben basar sus declaraciones en hechos.
Brent Wilkes, Director Ejecutivo Nacional de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, coincidió con los periodistas latinos, al destacar su creencia en la libertad de expresión, pero sin que los demagogos tengan derecho a usar el horario estelar para atacar a la gente de color.
Y es que, en nombre de la libertad de expresión, las leyes estadounidenses permiten todo; hasta la pornografía.
El derecho que la constitución le da al americano para decir lo que guste, sólo se ve limitada por la difamación y la calumnia, severamente sancionadas en la corte.
A pesar del triunfo latino en este caso, la voz del conservadurismo está lejos de ser acallada: además de continuar escribiendo su columna semanal, Dobbs seguirá al frente de su emisión radiofónica por United Stations Radio Networks y su red de 160 afiliadas.
Incluso, el mismo periodista ha amenazado con ser aspirante a Senador por Nueva Jersey o hasta a Presidente en 2012.
Aparte, otros representantes de la extrema derecha, como la de Rush Limbaugh o Bill O’Reilly, permanecen al aire. Ni su muerte podrá evitar que el conservadurismo deje de escucharse por las ondas radiales.
En México, el villano favorito del periodismo ha sido Joaquín López Dóriga, principalmente entre la izquierda y el laborismo.
No hace mucho, un grupo de manifestantes le impidió al conductor ingresar a las cabinas de Radiofórmula, donde encabeza un programa noticioso, como igual lo hace en el noticiario estelar de Televisa.
Pero ni una ni otra cadena aceptarán en el futuro deshacerse del periodista por presiones de grupos ajenos como ocurrió en el caso de Dobbs.
Me imagino que desde el punto de vista de los ejecutivos, el español está cumpliendo su papel como voz de la derecha.

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